Otra reseña de Guille de un libro que trajimos de la Book Expo America:
Esta colección, de la que ya les presenté True Crime e Impossible Questions, se ha vuelto una muy buena lectura de acompañamiento de trono. Al final de cuentas, para eso fue creada esta colección, ya que es del Insituto de lectores de baño.
El título de este, “Vroom” hace referencia al sonido de los autos al arrancar y acelerar y es que precisamente se trata de un libro de más de 544 páginas de pura trivia automotora. Desde automóviles a tanques, desde barcos a tractores, desde aviones a submarinos. Si tiene un motor, si tiene movimiento, está incluido en este libro.
Los argentinos encontraremos una mención muy cara a nuestros sentimientos: Juan Manuel Fangio. En el artículo titulado “El maestro” (así, en español) e incluído en el capítulo de las grandes leyendas de las carreras de autos, Vroom le dedica tres páginas completas para mostrar por qué entró en el olimpo del automovilismo.
Y ya que hablamos de Fangio, me gustaría contar en este post una anécdota que no sale en el libro. Cuando en 2011 visité La Serena, Chile, el guía de turismo nos contó que en un gran premio (no recuerdo el año) se corría Santiago-La Serena. Fangio lo hizo tan rápido que cuando llegó a La Serena ni siquiera se había armado el palco! Según decía nuestro guía, ni hoy en día con las rutas que hay se puede hacer ese tramo en el tiempo que El Maestro lo hizo.
Para quienes gustan de los autos y de las máquinas, es un libro imprescindible que te va a llenar de datos tan irrelevantes como desconocidos que hará las delicias de cualquier asado con amigos en el que podrás tirar información de récords de velocidad de vehículos de dos ruedas potenciados con turbinas, de la historia del sidecar o de los grandes pioneros de la aviación.
Si el dato existe, está aquí. Un libro que no tiene ninguna chance de convertirse en clásico ¡pero la de charlas entre hombres que servirá para iniciar!
Especial para regalarle a cualquier varón de la familia y para leer con los jeans en las pantorrillas hasta que se te duerman las piernas.