Esta reseña debería haber sido publicada el viernes pero no alcancé a leer el libro para ese día. Sin embargo me puse ayer y liquidé las 230 paginas en dos horas y media. Nada mal como para no haber estado particularmente concentrada.
Al igual que El Señor de los anillos o Harry Potter, esta es una obra de literatura fantástica donde el autor recrea un universo particular donde viven sus personajes. Lo bueno del caso es que no vi las películas, por lo tanto mi opinión no está “contaminada” con las imágenes hollywoodenses.
La historia cuenta que, debido a los peligros de la segunda guerra mundial, cuatro hermanitos son llevados a vivir a una casa de campo en las afueras de Londres. En una de las habitaciones de la antigua casona hay un armario que es la puerta al mundo de Narnia donde viven animales que hablan, seres mitológicos, una malvada bruja y el león Aslán.
Por accidente los chicos llegan al mundo de Narnia y viven diversas aventuras en una alegoría sobre la lucha del bien contra el mal.
En líneas generales, le bajo el pulgar a las Crónicas de Narnia. No me parece un desastre pero tiene demasiadas cosas para objetar, a saber:
- No le ata los botines a Harry Potter: parto de esta base porque, pese a que este libro se publicó en 1950 y J.K. Rowling reconoce la influencia que tuvo en algunos aspectos puntuales de su obra; se queda bastante corto en los personajes, el universo creado y la originalidad de la historia para el lector de hoy.
- El narrador está siempre presente: ya había mencionado en los libros de Elsa Bornemann que me molesta leer a un autor que “cuenta que está contando”. Si es imprescindible el recurso, me quedo con el estilo que usó Henry James en Una vuelta de tuerca.
- Demasiados clichés: estoy cansada de las brujas malvadas de los cuentos. Creo que sólo salvo a las de Roald Dahl.
- La navidad: al igual que en Harry Potter, en este mundo también se festeja la navidad, algo que me resulta incomprensible cuando hay pocas cosas que vayan tan en contra de la doctrina de las iglesias como la magia. Si en el mundo real era motivo de hoguera ¿Cómo pueden los seres mágicos festejar un evento religioso?
- Papá Noel como personaje: acá el autor se fue al pasto. Ponéle que te acepte la navidad ¿¿¿pero Papá Noel repartiendo regalos??? Se debería haber recurrido a un recurso más acorde a la historia.
- Ante la falta de argumentos lógicos para hacer avanzar la historia se recurre a la magia o a eventos traídos de los pelos.
- Bajada de línea cristiana: la historia tiene varias referencias al cristianismo. Aslán representa a Jesús como mesías, Edmund es Judas, la mesa de piedra simboliza la crucifixión, la muerte de Aslán para salvar a Edmund es similar a la pasión de Cristo para salvar a la humanidad, entre otros.
Detesto que este tipo de cosas aparezcan en libros para chicos. - Protagonistas: en los sucesivos libros el autor va renovando el plantel de protagonistas, lo que hace que uno nunca termine por identificarse con ninguno.
- Al final del libro no se entiende por qué los chicos no se acuerdan cómo entraron en Narnia al ver el farol.
Resumiendo:
– No leería ningún otro libro de la serie.
– A los que les guste la literatura fantástica, es un título que deberían leer.
– A los fans de Harry no creo que les guste.
– A los que quieren una lectura veraniega, puede ser una opción.
– En el Ministerio de Educación de Córdoba lo recomiendan para chicos de 9 a 11 y desde los 12 años, y puede funcionar bien para trabajar con ellos en clase.