Debo confesar que no le tenía fe a este libro de Giardinelli porque mi primer encuentro con el autor en Final de novela en Patagonia había sido sumamente decepcionante.
Sin detenerme a reseñar ese libro que de tanta bronca que le agarré lo regalé con tal de sacármelo de encima, les resumo que cuenta dos historias en paralelo: por un lado el viaje real que hicieron el autor y un amigo en un Ford Fiesta (si mal no recuerdo) por la patagonia. Por otro, el autor va construyendo el final de una novela donde un cincuentón con ínfulas de galán escapa de no me acuerdo quién con una novia de la mitad de su edad.
La parte del libro que narra el viaje real está bien, pero la trama de la novela cae en todos los clichés posibles y pone al protagonista masculino en un plan de macho de tapa de libro de Corín Tellado que a mi me pareció ridículo e inverosímil.
Pero como no soy lectora rencorosa, le dí una oportunidad más a Giardinelli con este libro que está recomendado para chicos pero que puede leer un adulto de cualquier edad.
En el libro se narran anécdotas familiares tamizadas y pulidas por el trazo literario del autor haciendo que lo que podría ser un recuerdo de asado se transfome en algo más.
La infancia en el Chaco, las visitas a Buenos Aires, la vez que casi conoció el mar, la muerte, las lecciones morales, la relación entre el padre y la madre, las amistades del padre, etc son algunos de los temas que se desarrollan en los cuentos.
Por el escenario donde se narran, por momentos tienen un aire a los cuentos de Quiroga, sin que haya una predominancia tan fuerte del ambiente, la flora y la fauna como en los cuentos del uruguayo.
Para mi gusto es un librito que está correcto. No se pierden nada si no lo leen y si se los dan obligatoriamente en el colegio no creo que lo odien.
De todas maneras, a mi este autor sigue sin moverme un pelo, así que no creo que lea nada más de él.