06
Jan 2014

Por qué no le doy bola a Twitter ni a Facebook

Archived in the category: Facebook, Personal, Social Media

El año pasado una lectora me dejaba el siguiente comentario:

Paula

Pregunta aleatoria y que no viene al tema, perdon: tu twitter es automatico, o hay una persona detras de la cuenta (vos)? Para hacerlo mas facil: lo lees?, opinas ahi, o solo son posts automaticos?

Hace unos días un twittero me decía esto:

@triheredia
@Dayanacba tu blog es muy bueno, observacion decís,”…estemos comunicados.”,esto es leer tmb a otros, x aca:seguirlos y tu TW no lo hace

Agrego una perlita más:

En la primera clase de la Diplo de Social Media en la UES21 fuimos al laboratorio para ver las principales redes sociales. La parte práctica de la actividad consistía en que los que no tuvieran cuenta en algunas de ellas, las abrieran para empezar a usarlas y familiarizarse con su lógica.

Lo primero que les dije fue: no pienso abrirme una cuenta en Foursquare, no me interesó abrir una nunca y no voy a hacerlo obligatoriamente en clase.

Y, por supuesto, me dijeron que haga lo que quiera 😀

Así que dado que hay curiosidad por este asunto de las redes sociales, paso a contarles cuál es mi postura sobre EL USO PERSONAL que hago de mis cuentas personales de Twitter y Facebook.

 

Twitter

Me hice la cuenta cuando empezó a hacerse popular entre bloggers, allá por 2007 si mal no recuerdo. No me pareció interesante por aquellas épocas así que fue poco el uso que le dí.

Actualmente es una red muy popular, hasta el punto que ahí están metidos desde el papa Francisco hasta las más mediáticas vedetongas. La biblia y el calefón.

A medida que fui viendo lo que había adentro de Twitter me dí cuenta de algunas cosas:

– Había gente que me caía bárbaro en la vida real, y que en Tw me parecían insoportables.
– Había gente que escribía blogs interesantes y que en Tw eran infumables.
– Había gente que me caía mal de antes… y que en Tw me caía peor.
– Había gente que no me interesaba en la vida off line y que en Tw tampoco me interesaban.
– Había mucha gente en Tw que escribía cosas intrascendentes sobre el frío, el calor, la lluvia, ir al baño, ir a comer, ir a pagar cuentas, etc.
– Había mucha gente que usaba Tw para construir un universo paralelo donde eran los más vivos de la cuadra.
– Había mucha gente que estaba sin nada mejor que hacer que tuitear todo el día.
– Tenía que leer mil boludeces para encontrar dos o tres que me hicieran decir “Ah, mirá qué útil esto”.
– Mis minutos de boludeo en Tw eran directamente proporcionales a la mala onda que me generaban las cosas que leía.
– Todo esto me generó una duda: ¿La gente es molesta o yo soy antisocial?

Entonces mis conclusiones fueron:

– Hay gente que me cae bárbaro porque la veo de vez en cuando y nos ponemos al día con lo relevante. Es mejor que no la tenga en Tw y la lea todos los días.
– Hay gente que es muy buena con su blog porque se edita antes de escribir y no larga lo primero que le sale. Prefiero seguir leyendo su blog.
– Con los que me caían mal de antes, confirmé que tenía razón.
– La gente que no me interesó, sigue sin interesarme.
– Se sigue hablando de cosas intrascendentes, y ahora además se suben fotos a Instagram.
– Los del universo paralelo siguen en su nube de pedos (perdón por el improperio).
– Los que no tenían nada mejor que hacer, parece que siguen así. Algunos se trasladaron a la fase “Nube de pedos” para cambiar un poco.
– Ahora que todo el mundo está en Tw, hay que leer 2 millones de huevadas para encontrar lo interesante.
– Estoy más que segura que no me pierdo nada que no pueda hacer/leer por otros canales.
– Respuesta a mi pregunta: a lo primero, es probable. De lo segundo, no hay duda alguna. 😀

¡Ojo! no digo que Tw sea una porquería, simplemente a mi modo de ver que hay que perder muchísimo tiempo para encontrar lo productivo/útil. Y si la idea es deliberadamente perder el tiempo, prefiero mil veces colgarme con Pinterest.

Todo el que ame Twitter debe tener sus buenas razones para usarlo y adorarlo. Lo que es A MI, no me suma en nada para el día a día.

Como he comentado varias veces, cada tanto entro, leo mi timeline donde sigo a gente que me interesa o busco qué se habla de un determinado tema y no mucho más.

No me interesa meterme en discusiones, no me sumo a la opinología del tema del día, no me engancho con los infladores de ego, no ando contando cosas de mi vida cotidiana, no subo fotos de mis gatos. No me gusta estar metida en ninguna de esas cosas y por eso no lo hago.

Resumiendo: mi cuenta de Tw es mayormente una especie de feed para los que utilizan esa red puedan estar suscriptos al blog si no quieren hacerlo por mail o por Feedly. Y cuando entro es para ser una lectora silenciosa. No me interesa en lo más mínimo ser una usuaria más activa de Tw.

 

Facebook

La cuenta de Facebook que tengo es personal y sólo tengo como contactos a familiares y amigos cercanos. Nadie más.

Por la naturaleza de Facebook y sus políticas de adueñarse de todo lo que hay en él es que tampoco subo fotos personales, ni pongo toda mi vida ahí.

Muchos se preguntarán por qué no tengo página del blog en Facebook. Porque ya no sería MI BLOG, sino una extensión de él en Facebook, con todo lo que implica.

Una de esas implicancias serían que vía feed se actualicen posts sobre libros y que los fans de la página me pregunten sobre colectivos. O que suba los posts de Orlando y me puteen porque les interesa saber de Córdoba. O que puteen porque es cómodo y fácil putear en Facebook, algo que todos habrán notado.

Como Facebook es un espacio que se maneja en su propia lógica, con sus propios códigos y es un no-lugar, es que me traería más dolores de cabeza que beneficios estar ahí. No estoy dispuesta a gastar tiempo y energía en él.

Y como yo no necesito tener trillones de “Me Gusta” ni entro en la estupidez de ver quién la tiene más grande, es que ELIJO no estar. No me hace falta.

Mi amiga Nora y yo estamos bien así.

 

Sobre la necesidad de “estar”

El abogado Martín Carranza Torres lo dijo clarito en la clase de Aspectos Legales que tuvimos en la diplo:

El negocio de la redes sociales es el de cambiar oro por baratijas. Su información personal y su tiempo son el oro, que por millones de cuentas se traducen en un fabuloso negocio para FB, TW, Google, etc.

Lo que reciben a cambio son baratijas, como la posibilidad de tener una cuenta “gratis” para poner “Me gusta” o de hacer un ReTweet.

Es por eso que elijo tomar decisiones conscientes sobre lo que hago de mi vida digital. Y también elijo qué hacer con el oro que significa mi vida personal.

Creo que son tiempos donde lo que abunda es el ruido, la inmediatez, el figuretismo y la necesidad de autoafirmación en base a la popularidad. Y creo que todo eso atenta contra lo que un ser humano necesita realmente para ser feliz cada día.

Todos necesitamos de la paz y el silencio para conectarnos con lo que nos rodea de una manera verdadera y profunda.

Todos necesitamos del tiempo, que no tiene más que 24 hs cada día, para dividirlo entre las cosas realmente valiosas: la persona que amamos, el trabajo que nos dignifica, la familia que es nuestra red de contención, los amigos que son los que nos hacen reir, los momentos de ocio y de descanso que son el cable a tierra, y los momentos de la vida cotidiana que utilizamos para mantener en orden nuestras casas.

Todo eso está antes que Twitter y que Facebook.

Y mi blog también está antes que Twitter y Facebook porque es mi lugar de intimidad, el espacio de encuentro que yo fui haciendo crecer, que me pertenece y que mantengo desde hace años.

Es por eso que ELIJO enfocarme sólo en lo que me sirve, en lo que me hace feliz, en donde me siento a gusto y en donde puedo sentarme a reflexionar con todo el espacio que necesite, sin atarme al corset de 140 caracteres ni a las reglas impuestas por otros.

También es un espacio donde me impongo la disciplina de escribir y de crear cosas.

Algunas trascienden y son valoradas por los que las leen, mientras que otras pasan sin pena ni gloria para los demás pero me enriquecen a mi, como es leer los libros en inglés. Desde que empecé a reseñar esos libros mis avances con el idioma han sido enormes, además generé una linda relación con la gente de la editorial, me animé a mandar un texto para la colección y disfruté muchísimo leyendo las historias. Con todo esto ¿qué sentido tiene perder mi tiempo en redes sociales que no me interesan?

Es por eso que no le doy bola a los seudogurúes 2.0 que dicen que si no estás acá o allá te va a comer el cuco, a los que dicen que si no reenviás un tuit te va a venir a buscar el viejo de la bolsa ni a los que advierten que aquellos que no tengan un millón de amigos en Facebook serán perseguidos por el chupacabras.

Hago todo lo “incorrecto” para lo que está de moda y ningún fantasma vino a tocarme la puerta. Así que háganme caso: no hay que creer en ellos.

Para cerrar el post los dejo con dos frases del Papa Francisco que me han hecho pensar mucho en los últimos días:

La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien estar un poco en silencio, para oír la voz del Amor.

Del libro Conversaciones con Jorge Bergoglio (las negritas son mías):

El ocio tiene dos acepciones: como vagancia y como gratificación. Junto con una cultura del trabajo, se debe tener una cultura del ocio como gratificación. (…) Cuando el trabajo no da paso al sano ocio, al reparador reposo, entonces esclaviza, porque uno no trabaja ya por la dignidad, sino por la competencia. Está viciada la intención por la cual estoy trabajando.

– Y, obviamente, resiente la vida familiar…

Por eso una de las cosas que siempre les pregunto, en la confesión, a los padres jóvenes es si juegan con sus hijos. A veces, se sorprenden porque no esperaban una pregunta como ésa y admiten que nunca se la habían formulado. (…) El sano ocio supone que la mamá y el papá jueguen con sus hijos.

Así que ya saben, apaguen la compu, salgan a jugar y disfruten del silencio.

¡Nos vemos la próxima! 🙂

3 comments for “Por qué no le doy bola a Twitter ni a Facebook”

1
nora (una japonesa en Japón)

Totalmente de acuerdo con vos, y SI, estoy bien así 😉
Besos**

January 6th, 2014 at 10:00
2
Javier

hola Dayana, muy bueno tu artículo (o post no estoy muy empapado con los términos técnicos, jaja) hace unos años que me había hecho una cuenta en twitter y nunca le encontré el fin, no le veía utilidad. en el fondo me parecía que era algo muy parecido a lo que describis, pero intentaba mantener algo de actividad para ver si le descubría la utilidad. ahora que leo esto me voy a dejar de buscarle la vuelta y dejar twitter a los que saben ahorrar palabras, a los que serían muy buenos para enviar telegramas y me quedo mas tranquilo ya que el viejo de la bolsa no me va a venir a buscar, jaja. SAludos

January 6th, 2014 at 21:46
3

Nora,
Gracias por pasar 🙂
Javier,
jajaja, saludos!

January 6th, 2014 at 22:11

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