A las 19.30 del próximo viernes 3 de mayo, en el Cabildo de Córdoba será inaugurada la muestra “El Jardín de las Maravillas”, con más de medio centenar de obras originales de Joan Miró, que se exhibirán conmemorando los 120 años del natalicio del grandioso artista catalán. Podrá visitarse hasta el 20 de junio, todos los días entre las 10 y las 20 hs, con entrada libre y gratuita.
Con la Curaduría de Massimo Scaringella, la exposición brindará una particular visión a la obra gráfica del artista que es referente principal del arte mundial del Siglo XX, a través de una cuidada selección de aguafuertes, litografías, xilografías e ilustraciones de libros, todas creaciones en formato mediano, de aproximadamente 50 x 60 centímetros.
Además de una valiosa oportunidad de disfrute estético, “El Jardín de las Maravillas” tendrá una acentuada agenda de actividades pedagógicas diseñadas especialmente para las escuelas. Habrá visitas guiadas para niños de jardines de infantes y hasta tercer grado, para las cuales ya se están dando turnos en el teléfono 0351-4332769, de 12 a 18 hs, y en el e-mail al joanmiro.cba()gmail.com – (ver más:http://cultura.cordoba.gov.ar/2013/04/miro-para-las-escuelas/)
La puesta de la obra de Joan Miró en el Cabildo es organizada por la Municipalidad de Córdoba en colaboración con la Fundación Tres Pinos, la Fundación Melián, La Voz del Interior y Ciudad Equis; y el auspicio de la Oficina Cultural de la Embajada de España en Argentina.
Sobre la muestra y su artista
La obra gráfica que compone esta muestra, no debe ser considerada como un mero estudio preliminar o complementario de la pintura del artista español, sino una indagación en una técnica que conocía muy bien y que utilizaba para obtener efectos peculiares sobre el papel, probablemente no logrados mediante otras técnicas. Miró podía permitirse allí una libertad y, en ciertos casos, una agresividad creativa relativamente mayor a la de los códigos ya transitados en la pintura, produciendo obras que evidencian una enorme fantasía y riqueza inventiva, donde la esencia y la síntesis prevalecen sobre el análisis más general de la narración pictórica.
El artista exaltaba y amaba de forma particular la expresión grafica: por un lado, su mano se deslizaba veloz, por otro existía un orden virtual, que le permitía orientar el gesto y coordinar líneas, trazos y cortes; y por último satisfacía su deseo ligado a un trabajo pensado para una mayor y más rápida divulgación.
La rapidez de ejecución y su ser más brutal, arcaico y casi primitivo acentúan el impacto visual en detrimento de una búsqueda meramente estética. Estas obras no debían trasmitir ningún mensaje, más bien aspiraban, producir realidades ocultas surgidas del encuentro entre el propio sueño consciente, alegre y tempestuoso, y las cosas del universo.