02
Sep 2011

Jornada sobre el legado de los jesuitas en las Misiones de Chiquitos (Bolivia) en Alta Gracia

Archived in the category: Charlas conferencias congresos

El Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers invita a participar de las Jornada: “Vengan, no se detengan” – Un viaje a la música y a la arquitectura de la Chiquitanía Boliviana.

El sábado 17 de septiembre, a las 17.30 horas, en la sede del Museo, Av. Padre Viera esq. Solares, Alta Gracia – Córdoba donde nos referiremos al proyecto jesuítico en general y las maravillosas misiones chiquitanas y su legado musical, testimonio vivo de la presencia evangelizadora de la Compañía entendida ésta como una empresa de envergadura espiritual, humana y artística.

A través de diferentes conferencias sobre música, arquitectura e historia dictadas por expertos, descubriremos la obra de los padres de la Compañía de Jesús en Chiquitos, Bolivia. Una obra que se mantiene viva en el magnifico legado del cual los chiquitanos son sus mejores guardianes. Más tarde disfrutaremos de un ágape y de la presencia del Coro Municipal de Alta Gracia, dirigido por el Prof. Ramón Godoy. Interpretarán la Misa Palatina (de autor anónimo, región de Chiquitos).

Conferencias:

·  La arquitectura de las misiones jesuíticas en la región de Chiquitos. Mgter., Arq. María Rebeca Medina.
· Los jesuitas en América, un proyecto de desarrollo humano. Conservadora de Museos Mónica Risnicoff de Gorgas. Directora del Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers.
· Una deuda de gratitud impaga: ¿A quién debemos la conservación de la música jesuítica en Chiquitos? Dr. Leonardo Waisman

Organiza:
· Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers

Invitan:
· Fundación ProArte Córdoba
· Asociación de Amigos del Museo Emilio Caraffa
· Exprinter Viajes. Una asesora estará disponible para asesorar sobre el viaje al Festival Internacional de Música Barroca 2012.
· Asociación de Amigos del Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers

Arancelado: $ 50.- Incluye certificado y ágape. Cupo limitado a 90 personas.

Medios de contacto:
Museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers
Teléfonos: 03547 421303 / 428734
web: www.museoliniers.org.ar

Sobre las Misiones de Chiquitos

Ubicadas en zonas cercanas a Santa Cruz de la Sierra.

Desde 1996 y cada dos años se realiza un festival que rescata composiciones de música instrumental y vocal de la época de la Colonia, Catedralicia y “barroca misional” o reduccional de América del Sur.

Este “barroco misional” se gestó en las reducciones fundadas por los jesuitas en América del Sur entre los siglos XVII y XVIII. Las “Misiones de Chiquitos” pertenecían a la antigua provincia del Paraguay o “Paraqcuaria”, cuya capital era Córdoba del Tucumán en la Argentina.

En 1690, varios jesuitas salieron de Córdoba e instalaron su residencia en Tarija, al sur de Bolivia. De allí partió el padre José Francisco de Arce y fundó la primera reducción de Chiquitos, San Francisco Javier, en 1691. En esta región del oriente boliviano los jesuitas fundaron once pueblos. Seis de ellos, San F. Javier, Concepción, Santa Ana, San Rafael, San Miguel y San Ignacio de Chiquitos (ahora de Velasco), fueron declarados, en 1992, Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. La belleza oculta entre llanuras y selvas amazónicas de este maravilloso patrimonio artístico asombra a los concurrentes a estos festivales. Escuchan conciertos y coros en iglesias de madera o de piedra, como en San José de Chiquitos. Y se deslumbran con altares con oro, tablas policromadas, reflejos plateados. Admiran la madera finamente tallada en columnas, retablos, confesionarios, ángeles; la refinada ebanistería y las impactantes esculturas, como el “Señor de la Columna”, obra de arte indígena, testimonio de la espiritualidad presente en estas Misiones.

Los religiosos debían agacharse para entrar por la puerta “chiquita” de entrada a las chozas de sus habitantes. Así nace su nombre, “Chiquitos”.
Santa Cruz de la Sierra, a 417 metros sobre el nivel del mar, es la capital del departamento más grande de Bolivia. En él se encuentran las Misiones de Chiquitos.

Antes de que los misioneros llegaran a América del Sur, los indígenas ya tenían su música. Brotaba de sus atávicos rituales, con cantos, danzas, ritmos y teatro.
La inteligencia de los evangelizadores fue transformar lentamente sus ritos, con la aceptación de los indígenas. Plasmaron así la música sacra que resuena en sus iglesias y en sus fiestas. La existencia de partituras de esta música en Chiquitos y en San Ignacio de Moxos fue señalada por Plácido Molina en 1958 y por el musicólogo chileno Samuel Claro en 1966.

El arquitecto suizo Hans Roth (ex jesuita) llegó en 1972 a restaurar templos, construidos dos siglos y medio antes por su compatriota Martin Schinid S J. Encontró en San Rafael valiosas partituras catalogadas como “Papeles de Baño”. Junto a otras halladas en Santa Ana, unas 5500 partituras forman el “El Archivo Musical de Chiquitos”, actualmente conservado en Concepción.

El profesor Kurt Lange lo examinó en 1976 y descubrió que contenía valiosas piezas inéditas de Zipoli.

Domenico Zipoli, el célebre compositor italiano, había ingresado en la Compañía de Jesús. A partir de 1717 enviaba desde Córdoba del Tucumán sus métodos de enseñanza y su música a todas las reducciones jesuíticas.

Numerosos investigadores, muchos de ellos argentinos, iniciaron el ordenamiento de este archivo, considerado el hallazgo musical del siglo. Hans Roth poco antes de fallecer, convocó a la Chiquitanía al musicólogo Piotr Nawrot, misionero del Verbo Divino. Con fervorosa dedicación continuó la tarea de sus predecesores. Rehizo cuadernillos de música instrumental y vocal. Transcribió la “Opera San Francisco Javier” y “El Réquien Chiquitano”, donde asoma la música indígena, anónima, autóctona y alegre. Unió su conocimiento a los esfuerzos de APAC (Asociación Pro Arte y Cultura de Bolivia) y de autoridades bolivianas para conservar su rico patrimonio cultural, reconocido por la Unesco. Al difundir el “barroco misional”, se han rescatado nuestras raíces americanas y valorizado a sus ejecutantes devolviéndoles su autoestima. Cada pueblo de Chiquitos tiene su propia orquesta nativa.

El turismo internacional se interesa por la “Chiquitanía”, convertida nuevamente en el místico “Estado musical” jesuítico.

Fuente: Delfina Mitre

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