Como parte de los festejos del Día del amigo prropuestos desde Atención Viandante, los invito a conocer a Lau, mi bloggera invitada (y chica que habita mi blogroll desde Tan loca como tu madre) con su historia del día del amigo:
Aún no escuchaste nada de todo lo que podías ver
Ácidos, pero dulces como caramelos media hora.
Irreverentes y respetuosos como adolescente que acaba de perder la virginidad.
Idealistas y soñadores, pero bien plantados.
Así los describiría.
Emanuel Goldstein, con su berretín de mafioso, y su extraño amor platónico por Suna Rocha, le gusta hacerse llamar “El que corta la pizza”.
Albano Barrufaldi, el “Insigne doctor de todas las ciencias” considera que las mujeres son demasiado importantes en su vida, como para dejarlas pasar.
Y Macedonio Strangiatto, bicho de orgías, perdió el corazón en la Guerra del Agua y desde entonces se dedica a viajar por el tiempo solo para despuntar el vicio que tiene por el mate.
Cuando los conocí no pude más que sentir una enorme sorpresa mezclada con alegría, como si hubiera sacado un conejo de la galera. Me los encontré vagando por el ciberespacio, yo que siempre había renegado del internet, y desde entonces me abracé a ellos en su delirante travesía para salvar el mundo de “señoras”, “sicarios” y “villanos de comics”.
Pero los hombres que hay detrás de los personajes son los que logran emocionarme.
Y aún cuando los conocí estando ya grandecita, ¡cuanto me habría gustado conocerlos en mi más tierna adolescencia!.
Seguro que con ellos nos habrían echado de varios tugurios por borrachos y malos bailarines. Les habría hecho perder varios partidos de truco (siempre me confundí las señas). Les habría presentado a todas mis ex compañeras de la Escuela, de la Facu, del laburo, primas, vecinas, etc., etc (aún corriendo el riesgo que ellas me retiren el saludo). Les hubiera pedido ayuda para que me espanten pesados en los boliches o fiestas (siempre me costó poner limites). Les hubiera cagado varios partidos de fútbol con comentarios pelotudos del tipo: “¿Eso no fue corner?” O “¿No estaba en posición adelantada?”. Les habría contado el final de todas las películas que vi antes que ellos.
Pero con ellos descubrí que nunca es tarde, que todo es posible y que nada es lo que parece. Así que a ellos va mi humilde homenaje del Día del Amigo.
Para conocerlos ingresá a: www.camarag.blogspot.com