El otro día me estaba acordando de este tema debido a la historia de unos amigos de la adolescencia. La cosa era más o menos así:
Carina y Marcelo se pusieron de novios a los 16 años y eran inseparables. Al terminar el colegio secundario Carina, Marcelo y Mariana, una compañera nuestra del cole, decidieron ir a la misma universidad y los tres estudiaban Ciencias Económicas. Carina estudiaba una carrera, mientras que Marcelo y Mariana estudiaban otra.
Durante aquel tiempo, Mariana tenía pésimas actitudes con Marcelo. Se notaba realmente que no lo soportaba y cada vez que lo veía hacía una mueca de desprecio bastante evidente.
Por esas cosas de la vida Carina y Marcelo terminaron con su relación en el primer año de la universidad y hará cosa de 5 años Mariana y Marcelo iniciaron una relación que terminó en casamiento y creo que hasta tienen hijos.
Todo esto me llevó a pensar en cómo puede ser que una persona puede detestar a alguien tanto (y créanme que ella lo hacía) y años más tarde terminar casada con esa persona.
Y es por esto que me puse a pensar en el amor a segunda vista, que quizás sea aún más difícil de concretar que el amor a primera.
En un caso así ¿cambia el ojo que mira o el objeto de la mirada?
Si fuera la primera opción, ¿qué será lo que lleva a alguien a hacer un click para decir “esta persona que ignoré tanto tiempo ahora me gusta”?
Si se trata de la segunda estaríamos hablando del fenómeno de los hombres o mujeres cisne: aquellos que en una época eran patitos feos y que con el paso del tiempo se transformaron en bellezas dignas de admirar.
No me refiero solamente a lo físico, también puede suceder que algún muchachito timidón ahora haya aprendido a faltar el respeto a tiempo, que la hiper responsable haya aprendido a tomarse las cosas menos en serio, que el que parecía un amargo demuestre que solamente es serio y que la mina malaonda simplemente haya estado pasando por un periodo de problemas personales que no le hayan permitido ser todo lo simpática y alegre que le hubiera gustado.
Y es así como toda esa galería de personajes vuelven a tener una segunda oportunidad en un mercado de clientes potenciales que ya los habían visto una y mil veces pero que hoy logran mirarlos con otros ojos.
Ustedes qué opinan ¿existe el amor a segunda vista?
Y para ilustrar este post, la canción más aproximada a este tema que encontré: Inolvidable de Reik.