En un post destinado a captar todas las búsquedas sobre mi tocaya con coronita, exclusivamente, aprovecho para contarles que parece que entre las modelos mi nombre es bastante común (¿Será un nombre medio de gato tipo Jésica o Karen?).
En otro orden de cosas, y como dato de color una de las cosas que noté cuando fui a Venezuela en 2004 es que la fama de las mujeres de aquellas tierras es, a los ojos y gustos argentinos, bastante poco cierta.
De cara en general no son bonitas, y de cuerpo tienen un estilo mucho mas voluptuoso que lo que se estila acá. Curvas bien marcadas pero algo pasadas de peso para lo que estamos acostumbrados a ver en nuestras calles (ojo, no dije gordas).
En cuanto a la manera de vestirse, definitivamente no tienen nada que hacer al lado de las chicas de nuestras pampas. La ropa de los shoppings me parecia fea y sobrecargada, llenas de adornitos. Sin contar que me llanó mucho la atención ver que en el shopping de Porlamar, la ciudad principal de la Isla Margarita, vendían botas de caña alta… raro eso en una isla del caribe donde hace calor todo el año, no?
No tuve mucho trato con venezolanos, así que no puedo hablar mucho más pero lo que si noté en el aeropuerto y que comentamos con algunos de los cordobeses que estabamos esperando nuestro vuelo de regreso, era lo cirujeadas que se veian muchas de las mujeres que andaban por el freeshop.
La naturaleza es sabia y por algo no fabrica narices como las que vimos aquella mañana.
En fin, gustos son gustos dijo una vieja y se sentó arriba de un hormiguero.
Y yo no seré miss nada, pero de vez en cuando hago marketing viral, que tanto joder!