Hace un rato volví del evento en el Orfeo donde Coca Cola presentaba a los fans del fútbol la copa que estará en las mano de la selección de (inserte aquí su pronóstico) este año.
Si bien no soy una chica particularmente deportiva, después de ir a la NBA también puedo tachar en mi lista el haber estado al lado del símbolo máximo de la gloria futbolística, ese objeto que todo jugador habrá soñado con levantar en un estadio lleno de hinchas.
El evento en sí no fue solo la foto de rigor con el trofeo y tomar gaseosas en la ardiente siesta cordobesa. También estuvieron presentes los ex campeones del mundial ’86 Oscar Ruggeri, Nery Pumpido y Ricardo Giusti; y el Conejo Tarantini, campeón del ’78.
Los cuatro se sentaron a responder algunas preguntas mundialistas de los periodistas acreditados, en las que hablaron de sus experiencias como jugadores pero también se animaron a comentar de la realidad de los que pisan las canchas hoy.
Quizás una de las cosas que más dejaron en claro es que el retiro no hace que un hombre deje de ser jugador de fútbol, y que ellos desearían volver a tener 20 años para calzarse los botines otra vez.
Fueron muy amables con todos los presentes que pidieron fotos, a la vez que hicieron chistes y comentarios futboleros entre ellos demostrando que la fraternidad que tenían como equipo ha perdurado a través de los años (y que no siempre se ve eso en los profesionales de éstos tiempos, ¿no?).
Al rato, en la foto grupal con la prensa, logré colarme al lado de Giusti, así que ahora puedo enorgullecerme de mi foto junto a los próceres de la selección nacional.
Luego de la charla, visitamos las atracciones de temática futbolera que había en el lugar: las estatuas vivientes de jugadores, las cabinas para grabar un relato de gol, las cámaras de 360°, la película con el holograma del mundial, la muestra de camisetas de ex jugadores de la selección, la trivia sobre fútbol, los bailarines haciendo la coreo con el tema de Coca Cola para este mundial y la posibilidad de llevarnos todo el merchansiding de fotos y actividades hechas en el lugar llenando nuestros datos a la salida.
Los momentos graciosos de la tarde:
Un papá y su hija de unos 6 o 7 años se acercan para ver la muestra de camisetas. El hombre emocionado le dice a la nena:
– ¡Mirá! ¡La camiseta del Diego!
Y ella le responde: ¿Quién?
Me parece que las nuevas generaciones sólo tienen en el radar a Messi (por suerte).
El otro:
Me había sentado a disfrutar del aire acondicionado cuando viene Ruggeri, se sienta al lado mío, y al ver que tenía colgando la identificación de prensa me pregunta:
– Che ¿cuándo empieza lo de las preguntas que me tienen que hacer ustedes?
Yo lo miro y le digo: la verdad que no sé, yo vine por mi blog, además estás salvado si esperás que te haga una entrevista sobre fútbol.
En ese momento vino una horda de hombres a pedir fotos, saludos y todo eso; así que salvé el momento y Ruggeri se habrá quedado con las ganas de que le pregunte algo 😀
Debo ser sincera y confesar que lo único que se ocurrió en ese momento era comentarle del calor… pero creo que no hubiera sido un tema del que mañana se hable en los diarios
Otra de Ruggeri:
Le dice a Fabián, un profe de la diplo que estaba cubriendo el evento con su tablet, “¡Estuviste toda la tarde sacándome fotos con el libro ese!”
Sin lugar a dudas sigue siendo un jugador rústico… ¡y analógico!
Gracias a Coca Cola por la invitación y también un agradecimiento especial a la gente que estaba trabajando en el Orfeo para el evento por la buena onda. Seguro que todos los que pasamos por ahí lo disfrutamos muchísimo, aún los que no somos futboleros.