El otro día estaba en clase y una de mis compañeras comentaba que había trabajado todo el día y al salir de la facu se iba a su departamento donde la esperaban una heladera vacía, bolsillos de fin de mes y cero ganas de ponerse a inventar algo para comer a las 10 de la noche.
Escuchando su problema recordé el caso de un conocido que llegó desde Santiago del Estero a Córdoba a estudiar con la bolsa de arroz y la latita de atún bajo el brazo porque no sabía hacer nada más. De hecho hace años que se recibió ¡y sigue comiendo lo mismo!
Y si a la falta de habilidades culinarias (o inutilidad/desagrado declarados) le sumamos que en los tiempos que corren hay que ser Mandrake y Harry Potter juntos para que el presupuesto alcance, saber qué comprar en el súper y cómo cocinarlo se vuelve muy importante. Esto sin olvidar que hay que llevar un dieta balanceada que nos aporte los nutrientes necesarios para sobrevivir a todo un año de cursado.
Así es que me quedé pensando en cómo podía darle una mano a mi compañera desde mi lugar de sobreviviente a una carrera universitaria donde vivi sola el primer año de cursado. Podría poner en mi CV también a los novios que no pelan una papa a menos que una expresamente se los pida, pero eso ya entraría en temas de sobrevivir a la convivencia 😀
Algunos tips
– Electrodomésticos: sus nuevos mejores amigos van a ser el freezer, el microondas y la vaporiera (hablé sobre ella en el link al comienzo de la oración).
– Almacenaje: si bien hace un tiempo escribí un post sobre utensilios básicos, en el caso de los estudiantes universitarios les recomiendo que tengan siempre a mano tuppers de diferentes tamaños y no tiren los frascos de vidrio como los de mermelada, son ideales para guardar en el freezer y descongelar en el microondas (recuerden que no se recomienda calentar comida en plásticos). Si tienen heladerita bajomesada hagan un llamado a la solidaridad de los que tengan frasquitos de 225 grs que son los únicos que les pueden entrar en el congelador.
– Planifiquen el menú semanal: sé que puede sonar difícil, de hecho yo estoy tratando de poner en práctica este punto y me cuesta bastante, pero espero que el hábito se me haga carne para que de acá a un tiempo el tema de la comida no sea una carga.
Si quieren una ayuda con las ideas les cuento que el comedor universitario de la UNC publica su menú semanal.
Cito textualmente:
Comedor Universitario constituye uno de los servicios más demandados en la Universidad Nacional de Córdoba porque ofrece, a un precio accesible, un almuerzo que cubre el 40 por ciento de la cuota calórica que una persona sana con actividad física moderada requiere diariamente. A su vez, se pretende incorporar alimentos no tradicionales, reducir el aporte de grasas saturadas y sodio y educar en hábitos alimentarios saludables.
El menú, que incluye entrada, plato principal, guarnición, postre y pan, es programado semanalmente por el Departamento Técnico del Comedor y procura aportar el ciento por ciento de las proteínas de alto valor biológico, de vitamina C y de fibra necesarios por jornada, al tiempo que cubre un alto porcentaje de hierro y otros micronutrientes.
– Busquen las recetas en mi blog: ¿ven que estoy en todo? seguramente muchas de las cosas que están en el menú de la UNC se pueden encontrar en los listados de recetas en video que recopilo de El Show de la Mañana.
Por ejemplo: en el menú del comedor universitario del 1/4/2014 es Fideos cinta a la putanesca con ensalada con lentejas y huevo.
En mi listado de recetas de 2013 encuentran la receta de Pasta corta a la putanesca el miércoles 27 de febrero y una ensalada de lentejas el jueves 28 de noviembre.
O sea que no hay excusa, están los videos para que sigan las instrucciones de cómo se hacen.
– Cocinen por anticipado: siguiendo los consejos de Narda Lepes empecé a cocinar cosas que me sirven para improvisar comidas en un abrir y cerrar de heladera/freezer/microondas.
Siguiendo el ejemplo de arriba, hagan una olla entera de putanesca y la guardan en el freezer en los frascos de dulce. Esta salsa les sirve para pastas, arroces, para ponerle a una polenta, para enriquecer un guiso de lentejas y hasta para ponerle a una de esas prepizzas que vienen con un susto de salsa encima.
Pueden hacer uso de la vaporiera y cocinar vegetales como papas, zanahorias, acelga, zapallos, batatas, espinaca, choclos, coliflores, brócolis, etc. Una vez que estén listos los meten en un tupper y sólo les queda armar el plato cuando llegan.
Se pueden hacer una ensalada fría con un poco de cada uno y un toque de mayonesa. Quienes comen carne le agregan lo que tengan a mano.
Si el día se presta para algo calentito pueden hacer un guiso partiendo de arroz/lentejas/jardinera de legumbres + salsa del freezer + verduras cocinadas de la heladera. Si comen carne le agregan lo que tengan (hasta una hamburguesa cortada en pedacitos puede quedar bien).
Y con estas verduras también pueden hacer sopas riquísimas con sólo poner caldo en una olla y calentar unos minutos las verduras cortadas chiquititas dentro (o triturarlas con el mixer si les gustan las sopas cremosas como a mi).
– Hagan cocina comunitaria: si no quieren pasarse un mes comiendo la misma salsa y además comprar más cantidad de ciertos productos les significa ahorrarse unos pesos, por ahí pueden juntarse con algún amigo/compañero y hacer para los dos. Lo mismo con las verduras o guisos.
En mi caso, cocino sola pero siempre hago muchas variedades de salsa para llevarle a mi suegra. También suelo llevarle muffins, porciones de guisos y algunas otras cosas que hago en cantidad y que no van a comerse tan rápido en casa.
Y con los restos de verduras y sobras le cocino a sus dos perras que han demostrado que por lejos prefieren la comida casera al balanceado. Si han crecido en una familia italiana como es mi caso sabrán que nada se tira, mucho menos la comida.
Espero que estas ideas les sirvan para pilotear los años de facultad y que algunas sobrevivan para el resto de su vida.