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En el distrito de los museos de Houston también hay opciones especiales para los chicos, como lo es este museo que, como si fuera poco, forma parte de la tarjeta CityPASS como atracción opcional a Kemah Boardwalk.
Como comenté hace algún tiempo, nosotros visitamos en su momento el museo Exploratorium de San Francisco, así que es nuestra referencia a la hora de compararlo con éste en Houston. Quizás sea por eso que no nos deslumbró el lugar, aunque si viajan con chicos menores de 12 años es un paseo que pueden disfrutar en familia sin que tengan que caminar mucho adentro.
La planta del museo me sorprendió porque parecía una casa tipo conventillo, con un enorme pasillo central y habitaciones amplias que se iban sucediendo a los lados con diferentes temáticas.
Dependiendo el día en el que lo visiten podrán encontrar más o menos gente dentro realizando las distintas actividades, incluyendo las actividades de agua que se realizan en el patio, que en fechas de verano seguramente están repletas.
Entre las cosas novedosas del recorrido está la posibilidad de ver un vídeo en realidad virtual donde se puede seleccionar entre dos recorridos diferentes: Un viaje al espacio con subidas y bajadas, saltos y caídas; o una montaña rusa que tiene algunas piezas faltantes y eso provoca algunos saltos en la imagen.
Otra cosa singular para destacar es el robot gigante que han hecho con teléfonos reciclados, una muy buena idea para hacer algo con tanto material tecnológico en desuso que anda dando vueltas. (El robot tenía más de 5 ó 6 metros; con lo que seguramente fueron cientos sino miles de teléfonos que se reciclaron).
El museo también cuenta con una tienda, con un poco de todo y muchas cosas que se ven en otros lugares.
Como todo lugar para ir con chicos, la duración de la visita puede ser de todo lo que ellos quieran, así que es cuestión de la resistencia de los padres :D; y como está en el distrito de los museos seguramente se puede acomodar para realizar la visita el mismo día que a otro de los museos, ya que por ejemplo, pegado a este lugar está el Museo de la Salud, otro lugar que pueden visitar con chicos de la misma edad.
Otro de los lugares que visitamos con la CityPASS Houston es este paseo costero que queda a pocos kilómetros del Space Center, por lo que visitar los dos lugares el mismo día es la mejor manera de aprovechar la visita a esta zona que está a unos 40 minutos del centro de la ciudad.
Al igual que otras ramblas que he visitado en EEUU, como la de San Francisco o la de Santa Mónica, la de Kemah tiene comercios, restaurantes y un parque de diversiones con juegos para grandes y chicos.
Hay dos cosas singulares sobre la oferta de CityPASS para este lugar:
1-Es uno de los atractivos donde se debe optar, siendo la otra opción el Museo de los Niños.
2- El ticket del cuadernillo no es la entrada al lugar, que es completamente libre y gratuita, sino que se trata del pase a los juegos (exceptuando Stingray, Iron Eagle y Boardwalk Beast que se deben pagar aparte).
Y esta cinta que ven la foto es lo que sirve como identificación para poder subir a los juegos:
Nosotros llegamos bastante temprano, cerca de las 11 de la mañana, y no había mucho movimiento de gente y aún estaban cerradas la mayoría de las tiendas.
No creo que hayamos estado más de una hora en el lugar, porque yo no subí a los juegos y no había mucho más para hacer. Para colmo era aún temprano para comer, así que tampoco tenía mucho sentido que nos sentáramos en un restaurant sin hambre.
Otra actividad en el lugar son los juegos de kermesse, muy similares a los que cruzamos en los parques temáticos que ya visitamos.
Al visitarlo en invierno (mediados de marzo) no tuvimos problemas con el calor ni la humedad, uno de los cucos de esa zona de Texas. El clima era agradable y soplaba una brisa suave.
Un punto negativo del lugar fue que el estacionamiento es pago, y para el poco tiempo que estuvimos no tenía mucho sentido gastar en eso.
Si quieren ahorrar un poco más en comida y bebida, a pocos minutos y sobre Marina Drive, van a encontrar una sucursal de Target donde pueden comprar unos sanguchazos espectaculares por U$S5,50. Como se lee en la etiqueta de la foto son de 12 pulgadas, o sea ¡30 centímetros! Así que tranquilamente comen dos personas con uno de éstos:
Y si quieren le pueden sumar unas frutillas con arándanos de postre por el mismo precio:
En síntesis: si visitan el Space Center en auto justifica ir a dar una vuelta hasta Kemah para conocer, aún si no tienen la CityPASS.
En lo referido al parque, está ok, en nuestro caso habíamos estado unos días antes en Universal Studios, así que no era algo que nos llamaba la atención. Es un buen paseo familiar, para chicos y grandes, que les permitirá hacer algo de poca exigencia física.
El Space Center es la principal atracción turística de Houston, y es una de las entradas incluidas en la tarjeta CityPASS de esa ciudad.
Hace algunos años les había hablado de mi poco feliz experiencia en el Kennedy Space Center de Florida, así que en tenía mis reparos respecto de cuán bien la iba a pasar en el centro espacial texano. Por suerte me sorprendí para bien y fue una experiencia infinitamente más entretenida que la anterior.
Ubicación
El centro espacial está a unos 35 minutos de auto del centro de la ciudad de Houston y a 15 minutos del Kemah Boardwalk, un paseo costero con un parque de diversiones que también está incluído como atracción de CityPASS, por lo que pueden hacer un buen combo de paseo yendo a los dos lugares el mismo día.
Exhibición
El área principal es notablemente más chica que la que se puede visitar en Florida, y está más enfocada en los astronautas y todo lo relacionado con la vida de humana en el espacio, algo que me resultó mucho más interesante que las naves, aparatos y aspectos tecnológicos que vi en Cabo Cañaveral.
En el recorrido texano se pueden ver la evolución de los trajes espaciales, los habitáculos de una nave donde sus tripulantes hacen cosas cotidianas como comer, dormir…
Ir al baño (¡y esto es sin dudas lo que todos queremos conocer!)
Y bañarse (el coso de la ducha se parece a un tacho de ropa sucia telescópico, ¿no?)
Un detalle en el recorrido fue la mención a la fallida misión del Challenger, donde perdieron la vida los siete tripulantes de la nave que explotó el 28 de enero de 1986.
La parte que no pudimos conocer fue la del área de lanzamiento por dos motivos:
1- Le había hecho prometer a Guille que no me iba a tener todo el día ahí como en el caso de Florida (¿se nota que quedé un poco traumada de esa experiencia?).
2- Esa noche teníamos que ir al rodeo de Houston, así que no queríamos hacer todo el recorrido para tener tiempo de ir a cambiarnos a nuestro hotel.
Finalmente, la última cosa a destacar es la tienda, donde había muchísima variedad de productos y a precios muy buenos, en comparación a la impresión que tuve con respecto al giftshop del Kennedy Space Center en 2013. Es altamente probable que esto tenga más que ver con la inflación actual que tenemos en Argentina que con diferencias extremas entre los dos centros espaciales.
Si tienen amigos o familiares científicos, seguramente algo van a querer comprar allí como regalo.
Lo que sí les aclaro es que algunos de los productos que allí se venden pueden conseguirse en otros lugares. De hecho las remeras que dicen “May the F=ma be with you” también estaban en el Museo de Ciencias Naturales de Houston.
Otros comentarios y sugerencias
Duración del recorrido: nosotros estuvimos unas tres horas, aunque desde la web del lugar se recomiendan al menos cinco para hacer el recorrido hasta la torre de control. Ustedes pensarán “¡Se fue hasta allá y no hizo esa parte!”, y la realidad es que para ese extra hay que tomarse un colectivo interno que puede tener una frecuencia muy espaciada de acuerdo a la cantidad de público que haya (si mal no recuerdo en Florida estuve esperando entre 30-40 minutos).
Ropa: no tiene tantas áreas al aire libre como Cabo Cañaveral, así que deben protegerse con agua y sombrero solo para subir al transbordador del exterior (el de la última foto).
Tráfico: es un viaje que es bastante tranquilo porque cuando salgan por la mañana de la ciudad tendrán la autopista despejada, ya que los que vienen desde las ciudades dormitorio están entrando por los demás carriles.
GPS: es su mejor amigo y deben tener mucha paciencia, concentración y buena comunicación con quien conduzca para las indicaciones en los múltiples niveles, cruces de carril y en las salidas de las autopistas.
Otra cosa que notamos en la ciudad de Houston es que había problemas con la recepción de la señal del GPS, algo muy parecido a lo que nos ocurrió en Santiago de Chile. Es altamente probable que la contaminación ambiental sea la responsable, así que si su aparato parece no reaccionar, esperen unos minutos para que enganche la señal.
Comidas: más allá que en el Space Center hay un patio de comidas, para aquellos que quieran hacer un paseo de todo el día, les cuento que muy cerca del Kemah Boardwalk había una plaza sobre Marina Drive con varias tiendas, entre ellas una sucursal de Target, donde se puede comprar comida para hacer un picnic en el auto. También había algunos fast food como IHop (no lo recomiendo) y Wendy’s, entre otros.
Estacionamiento: en el Space Center hay de sobra pero como siempre para con las playas de EEUU no es fácil conseguir un lugar con sombra. Yo no sé si es un fanatismo solo de los argentinos este tema, a los estadounidenses parece no importarles en lo más mínimo dejar el auto al rayo del sol.
Foto en el transbordador: háganla a la salida, se evitarán la espera porque es lo que todo el mundo hace apenas llega.
Hace algún tiempo les comenté sobre los atractivos de la CityPASS San Francisco y de la CityPASS Tampa Bay, así que al momento de volar a Texas no podíamos dejar de usarlas para resolver el tema de las entradas a los principales atractivos que hay que conocer tanto en Houston como en Dallas.
En este post les voy a hablar de las entradas incluidas en la tarjeta de la ciudad que entró a la cultura popular por la frase “Houston, tenemos un problema”.
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Siguiendo con las reseñas gastronómicas del área de St. Pete, ahora les voy a contar nuestra visita al restaurant italiano Il Ritorno que se encuentra en en centro de la ciudad, muy cerquita de Cider Press Café.
La primera aclaración sobre este lugar es que si bien el nombre y la categoría nos hacen pensar en la comida “della mamma” con platos enormes de pastas en todas sus formas con salsas tradicionales y un ambiente familiar con tarantelas de fondo, al llegar al local uno se da cuenta que el estilo es muy diferente a eso.
El salón es sobrio, no muy grande y claramente no pretende ostentar con lujo a los comensales como otros lugares que ofrecen comida gourmet.
Para tener una mirada más amplia de los platos, elegimos hacer la degustación de cinco pasos del chef David Benstock, y Guille hizo la de vinos, también en cinco pasos. Read more »