El diario de un gato asesino (primera edición en idioma original en 1994. En español en 1998).
You Tube es fuente inagotable de versiones de cuentos infantiles como la que hoy les traigo.
El diario de un gato asesino es una novela negra relatada por un felino tenido por delincuente por sus dueños, aunque él mismo aclara que suele ser inocente de la mayoría de los delitos que le imputan.
El texto está muy bien armado, con una historia entretenida y un humor alejado del infantilismo que se anima a hablar de la muerte de animales. La vuelta de tuerca del final es un chiste más viejo que mi abuela (casi siempre usando un loro), pero está bueno como ha sido adaptado para los chicos.
Un plus es este audio que, a modo de radionovela, relata con voces y efectos especiales la historia de Tuffy, el gato protagonista.
Según la información disponible en la descripción del video, fue creado para el programa infantil Palabras Mágicas del Sistema Universitario de Radio de México.
El texto se recomienda para el grupo de chicos entre los 6 y los 8 años, mientras que el audio puede funcionar perfectamente con los chicos más chicos entre los 3 y los 5 años.
El regreso del gato asesino (primera edición en inglés en 2003. Publicado en español en 2005).
Este libro guarda similitudes con el anterior en cuanto al formato y a las actitudes del personaje principal, pero cambia el eje de la historia.
La familia se va unos días de viaje y decide dejar a un sacerdote amigo al cuidado de la casa… y del gato. Desgraciadamente, a este hombre parecen no gustarle los mininos ni tiene mucha experiencia tratando con ellos, por lo que la convivencia es insoportable para ambos.
Como buen gato que es, Rasputín (llamado Tuffy en el audio de arriba) decide sobre sus comidas, paseos y horarios como mejor le parece aunque esto enfurezca al cura.
la historia es muy divertida, incluso más que la primera porque propone un texto original y con muchos guiños para los gateros que verán retratados comportamientos gatunos y algunos comentarios irónicos como “Los gatos tenemos fama de ser desagradecidos así que ¿por qué preocuparse?” o “La madre de Eli atravesó la puerta y vio al párroco agarrarme del pescuezo, cosa que no le gusta nada a los amantes de los gatos. Además el párroco me miraba de esa forma que tampoco les gusta nada a los amantes de los gatos”.
Me parece destacable el uso de la ironía, el sarcasmo y una cuota de humor negro en un libro para chicos porque no abundan estos recursos en textos para los más chicos.
Para situarnos en el mapa de este autor, el excelente sitio El poder de la palabra nos brinda su ayuda:
Aunque nació en Tegucigalpa, capital de Honduras, su nacionalidad es la guatemalteca y desde 1944 su residencia habitual fue México, país al que se trasladó por motivos políticos.
Obras completas y otros cuentos (1959)
Un libro de cuentos donde se pueden leer textos de varias páginas y el famoso nanocuento El dinosaurio.
En líneas generales me gustó, aunque no tanto como el título siguiente. Hay cuentos que rozan el cinismo por la crudeza de las impresiones interiores de sus personajes (el padre que ve a su hija sin talento para el piano, la actriz que no lo es, el mercader de las cabezas), aunque también hay mucho de político y de sociocultural.
Un cuento que me sorprendió fue Dos de cada tres, donde veo claramente la descripción de las redes sociales:
(…) Padece usted una de las dolencias más normales en el género humano: la necesidad de comunicarse con sus semejantes. (…) Hay quienes se conforman con un amigo. Existen aquellos a quienes no les bastan mil. (…) Read more »
Muchos de ustedes alguna vez habrán escuchado hablar de la colección de divulgación científica Ciencia que Ladra, cuyos ejemplares más conocidos son los títulos “Matemática… ¿estás ahí?” de Adrián Paenza, de los cuales les contaré más adelante porque esta semana la reseña es sobre otro título de la colección.
Científicos en el ring, escrito por el mexicano Luis Nepote, es un libro que en base a seis ejemplos de peleas entre brillantes científicos que cambiaron el curso de la historia, va mostrando que esa imagen de caballeros altruistas en pos del conocimiento… no es tan así de puertas adentro en los laboratorios y sociedades científicas. Read more »
Esteban Echeverría es un viejo conocido para casi todos los que hemos pasado por las aulas del colegio secundario y para aquellos otros que han estudiado literatura argentina en la universidad o en algún curso particular.
Así que lo que hoy me toca presentar son textos que generan una mueca de asco en el adolescente promedio y cara de esta-juventud-perdida en los docentes.
De todas maneras, no son tan malos como otros que podrían sugerirles, mis estimados párvulos. No se quejen tanto que podrían hacerles leer El paraíso perdido de Milton o Por quién doblan las campanas de Hemingway, libros que dos conocidas padecieron en las aulas y reforzaron su natural aversión por la lectura.
Este librito para chicos es bastante sencillo y, a mi modo de ver, no tiene nada particularmente memorable o interesante.
Todos los días la abuela quiere tirar las zapatillas del abuelo y cuando se deshace de ellas de diferente manera, siempre terminan rescatadas por su dueño.
Así van pasando los días de la semana y los lugares donde la mujer intenta tirar esas zapatillas. Al final de tanto trajín están tan rotas que el hombre no tiene más remedio que usar las zapatillas nuevas que le compró su esposa y ahí se da cuenta que son mucho mejores que las porquerías que estaba intentando guardar.
Si es para aprender los días de la semana o las partes de la casa, que es lo único que va cambiando a lo largo del relato, quizás sea mejor buscar texto de autores locales (Joy Watson es neozelandesa) que se consigan más facilmente en las librerías.