El Programa Interdisciplinario de Estudios de Mujer y Género del Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichon de la Facultad de Filosofía y Humanidades y el Programa de Género de la Secretaria de Extensión de la UNC, invitan a presentar trabajos fotográficos vinculados a las violencias de género.
Los trabajos seleccionados formarán parte de una muestra temática que se inaugurará el 27 de mayo en la Galería de Arte del Pabellón Argentina (Ciudad Universitaria) en el marco del I Congreso Interdisciplinario sobre Género y Sociedad “Debates y prácticas en torno a Violencias de Género”, y en ocasión de conmemorarse el 28 de mayo el “Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres”
En esta convocatoria el tema será “Violencias y Género” y se sugiere tener en cuenta los siguientes ejes temáticos:
1- Violencias en los discursos y prácticas científicas;
2- Violencias de género desde los espacios institucionales del Estado;
3- Violencias de género en espacios públicos y en ámbitos de la vida social y comunitaria;
4- Violencias de género en contextos laborales, educativos y organizacionales en general;
5- Discursos y prácticas mediáticas y estéticas;
6- Violencias en el marco de las relaciones afectivas y/o sexuales;
7- Explotación sexual y económica de las personas; trata; prostitución/trabajo sexual.
Bases y condiciones
A partir de 1° de marzo comenzarán a funcionar en Córdoba dos nuevos Juzgados de Familia que tendrán competencia “exclusiva” en materia de violencia familiar.
La iniciativa, inédita en el país, fue impulsada por el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia (TSJ) en virtud del “alto índice de denuncias” generadas por el fenómeno de la violencia familiar.
Según informaron fuentes del Servicio de Información Judicial, los dos nuevos tribunales -que estarán a cargo de las juezas Mónica Parrello y Gabriela Eslava- atenderán por la tarde en el edificio del Fuero de Familia de la capital provincial (Tucumán 360).
Lugares para receptar las denuncias:
Córdoba capital
– Mesa de Entradas de Violencia Familiar (Duarte Quirós 650, teléfono 4298011) entre las 8 y las 20;
– Dirección de Violencia Familiar y Asistencia a la Víctima del Delito del Ministerio de Justicia de la Provincia (Alvear 150);
– o en cualquier unidad judicial de la ciudad.
En el interior:
Las denuncias pueden realizarse en Mesas de Entradas de Cosquín, Villa María, San Francisco, Río Cuarto y Río Tercero, que funcionan en las sedes de los tribunales; en los Juzgados de Paz; en las unidades judiciales o en las comisarías.
Las presentaciones también pueden efectuarse al teléfono 0800-888-9898, teléfono de la Dirección de Violencia Familiar desde cualquier lugar de la provincia durante las 24 horas del día y todos los días de año. En esta línea, también se recibirá información sobre la temática de la violencia familiar.
Fuente: La Voz
Este post lo pensé desde que nació el blog y en algún momento lo descarté porque me pareció que algunas cosas que notaba eran sólo ideas mías. Pero a causa de una charla por msn con un amigo el otro día el tema volvió a surgir y quizás haya mujeres que leen o caen de casualidad por este blog y les pasa lo mismo.
La charla con mi amigo empezó con él preguntándome si yo pensaba que en la blogósfera se discriminaba a las mujeres porque una chica blogger le había dicho que nunca tomaban en cuenta sus opiniones.
Yo le respondí en la discriminación está en todos los ámbitos, no sólo en los blogs; aunque sí, yo he notado algunas actitudes en la blogósfera que oscilan en el amplio abanico que va de misóginos a pajeros. Sin embargo, también hay pequeñas cosas que no responden exactamente a discriminación. Son esos rastros de machismo culturalmente arraigados que, por muy diluídos, ni siquiera parece que fueran algo que pudiera molestar a una mujer.
Dos ejemplos para ilustrar:
– Hace unos días estuve en el Rosario Blog Day y en dos o tres posts del evento fui “la novia de”, sin más detalle que eso.
Me llamó la atención que en un evento blogger, teniendo yo un blog personal y, como si fuera poco, después de haber estado hace un mes en esa ciudad dando una charla sobre Blogs y Humor (junto a Guillermo, precisamente), me identificaran con el novia-de, antes que como una blogger mas aunque haya ido sólo como espectadora esta vez.
Con esto no quiero acusar de machista a nadie, seguramente ninguno de los que publicó el post de esa manera se dió cuenta de que omitir un nombre y en su lugar contar “de quién soy” era algo malo.
Está culturalmente aceptado que las mujeres “somos de”. Si hasta podemos firmar que pertenecemos a alguien o incluso usar el apellido de casada en lugar del nuestro.
La verdad, yo no quiero anular mi identidad por ningún tipo, me rompe las pelotas ser el objeto inanimado que acompaña a alguien; por eso sumo un motivo más para no casarme.
– El respeto gracias al favor masculino.
Ultimamente, y por el blog, he conocido unos cuantos personajes que tienen mas de folklóricos que de serios. Tres son trolls que tienen la particularidad de estar identificados con nombre y apellido. Y unos cuantos más son… indefinibles.
Lo curioso es que tienen algo en común: todos me respetan por tener un tipo al lado.
En este caso no es por ser la-novia-de, creo que el quien no es tan importante como el saber que hay “un macho que les puede bajar los dientes”, llegado el caso. No porque el pobre mártir que está conmigo vaya a hacer eso alguna vez (suelo salir con tipos diplomáticos para compensar el hecho que yo no lo soy), pero el que exista un hombre ya los frena. Inclusive algunos de ellos han buscado la complicidad o el entendimiento con él para que yo “entre en razón”, aunque no hayan resuelto su diferencia de opiniones o problema conmigo.
Estos tipos cuando no han logrado “hacerme entender”, simplemente me han llamado ignorante o inculta (siendo ellos mismo unos hoygans de primera clase, lo más loco).
Por eso tengo que entender que hay un desprecio a la capacidad de discernimiento o pensamiento que tengo como mujer: ellos pueden entenderse y hasta congeniar con otro hombre, inclusive aunque sea la pareja de una bruta, inculta o estúpida mujer que, seguramente si su hombre la guía, entrará en la senda de la lógica y el buen entendimiento. Sigue sin funcionarles esa estratégia.
La verdad, a esto he tenido que resignarme a que sea así porque es más fuerte que ellos. He tenido que aceptar que de cierta gente tengo el respeto mínimo de “No voy a molestarte/No voy a molestarte más” porque hay un hombre que está para “protegerme”. Dios me ampare cuando no lo tenga o no quiera tenerlo.
Si algo aprendí es que depender de un tipo es uno de los peores negocios posibles, no solo mientras dura la pareja sino también cuando se acaba.
Aunque suene a feminista, no lo soy. Creo totalmente en la pareja, pero cuando se construye en base al amor y no a la extorsión o a la sinergia venenosa de uno que necesita y otro que da con condiciones.
La charla con mi amigo por msn siguió y derivó en por qué siempre tengo que saltar, armar lío, decir las cosas como las digo y opinar tan… sinceramente.
Para esto voy a tener que remontar algo de mi historia personal para explicarlo.
Cuando era adolescente mi papá se murió inesperadamente a pesar de que hacía años tenía un problema cardíaco.
De un día para otro mi mamá se encontró que era la única responsable sobre el futuro de todo lo que habían ido construyendo con los años y de tres hijas de 16, 13 y 8 años.
Ella siempre había tenido un hombre (padre, hermano, marido) que habia tomado las grandes decisiones. Ahora le tocaba el turno de un Todo enorme. Y tenía un miedo terrible a experimentar eso por primera vez pasados los 50 años.
A los dos días de que el muerto ya ocupaba su nicho, empezaron a caer a mi casa hombres bien intencionados que trataban ue la viuda les venda por muy poco lo que para ellos (y para cualquiera) valía mucho. Y ahí puede ver con mis propios ojos lo que pueden ser los hombres.
Pasemos por alto el hecho que se le falta el respeto al dolor de una familia que hace un duelo, que es evidente que poco importa.
Veamos más bien qué es lo que pasa por la cabeza de un tipo para animarse a ir a tocar el timbre de una casa y escarbar en los miedos y la vulnerabilidad de una mujer que de un día para otro pasa a ser el sostén de la familia. Hubo frases como “el campo no es para mujeres”, “usted no sabe de esas cosas”, “no va a saber qué hacer” y cosas peores.
Timbre y teléfono sonaban para recordarnos que por ser mujeres éramos seres desgraciados que lo habíamos perdido todo cuando acá no había pasado nada más que se había muerto alguien.
Un día tuve que hacerme cargo de la situación de frenar esa invasión a nuestra intimidad porque mi mamá no reaccionaba con la energía del caso.
A mis 16 años tuve que decir las palabras como las hubiera dicho mi padre, con el tono que él hubiera usado, con sus palabras. Fue violento y fue contudente. Mi interlocutor era un tipo que al menos tenía 30 años más que yo y se quedó descolocado mirándome.
Nunca más volvieron a joder. La ventaja de los pueblos chicos es que todo se sabe rápido y el “de tal palo tal astilla” mantiene a los comedidos lejos, por las dudas.
Después de esa experiencia sucedieron otras del tipo “son minas, es facil cagarlas”. Nunca lo lograron.
Ahí entendí que una para salir a pelear en un mundo hecho por y para hombres no puedo hacerlo desde el lugar de mujer, manteniendo las formas y los códigos femeninos porque, aunque no nos guste, ellos son los que manejan y construyen el poder y no están dispuestos a moverse de ese lugar.
Entonces, la que queda es ser como ellos: ponerles el pecho en la primera y marcar territorio, no callarnos, expresar siempre nuestro pensamiento (guste o no), no tener miedo de la violencia verbal o situacional que utilicen para intimidarnos, no permitir que nos manipulen emocionalmente o desde la culpa, no permitir que tomen decisiones por nosotras en momentos en que no estamos en condiciones de evaluar las opciones, ser conscientes de nuestra individualidad y nuestra autonomía, hacer valer nuestras opiniones y decisiones y recordar siempre que todas las pioneras fueron locas que les rompieron las pelotas a los tipos hasta hacerlos ceder. Después la historia diría que fueron valientes, inteligentes, emprendedoras.
Este post no pretende decir que todos los hombres son malos y todas las mujeres son buenas.
Más bien es poner sobre la mesa algunas situaciones que a ojos masculinos son totalmente aceptables y que para nosotras pueden no serlo.
Y quizás, con un poco de ambición, también pretenda ser un espacio para descarga de lo que muchas no se atreven a decir.