Siguiendo con los posts sobre Córdoba, en esta ocasión traigo algo de información sobre el Jardín Botánico de la ciudad de Córdoba.
Emplazado en barrio Quebrada de las Rosas, en la zona noroeste de la ciudad, el Jardín Botánico es una opción barata, tranquila y diferente para ir a dar una vuelta un domingo a la tarde.
La municipalidad de Córdoba, de quien depende esta institución, lo presenta así:
El Jardín Botánico de la ciudad de Córdoba es un espacio natural que tiene como principal función conservar la biodiversidad regional y generar programas educativos que promuevan la conservación de la flora autóctona y el respeto hacia los recursos naturales, en la población cordobesa.
Este espacio cuenta con una importante y valiosa colección de plantas regionales –organizadas y documentadas–, que se utilizan para realizar estudios e investigaciones científicas así como también para apoyar la educación formal de escuelas primarias y secundarias.
También posee acuario, sala educativa, invernadero y el atractivo paseo de la selva, donde variadas especies nacionales e importadas (muchas de ellas en peligro de extinción) recrean el hábitat de la selva subtropical.
En lo que respecta a su función recreativa, el jardín es un espacio verde en donde los cordobeses desarrollan actividades como la fotografía, la lectura, el yoga y caminatas.
Como se ve la onda del botánico es ir a estar tranquilo, así que el que pensaba intalarse con el estereo al mango tipo pelicula yanki que enfile para otro lado. 😛
Dejando de lado la comunicación oficial, debo decir que lamentablemente no había folletería para obtener más información sobre las actividades educativas o los cursos que se desarrollan allí (los cuales si estaban anunciados en algunos afiches).
Tampoco había personal que guiara la visita dentro de la pecera gigante que contiene el jardín subtropical, aunque las especies estaban identificadas con un cartelito.
Pero para que no se diga que todo es malo, en un sala contigua, una representación museográfica muy bien hecha sobre las partes de las plantas guía intuitivamente al visitante para descubrir con la mirada lo que se presentaría en muchas hojas de un libro de biología.
El resto del Jardín Botánico de Córdoba es el espacio al aire libre que incluye un par de lagos artificiales con peces, una huerta, un jardín de cactus con una interesante variedad de especies y un sendero que recorre el predio pasando por un pequeño montecito de espinillos autóctonos, típicos de la flora cordobesa.
Lo que es digno de destacar es el proyecto arquitectónico, impactante de por si. En el link a la revista Summa de más abajo podrán encontrar un análisis detallado e información técnica sobre el proyecto.
Algunos datos:
Inauguración:
1999 (Gestión Martí). En 2005 fue ampliado por la gestión del intendente Luis Juez.
Ubicación:
Yunyent 5491 – Bº Quebrada de las Rosas – CP 5000 – Córdoba Capital – Argentina
Horario:
Otoño / invierno: lunes a viernes de 8:30 a 18; sábados, domingos y feriados: 8:30 a 18.
Primavera / verano: lunes a viernes de 8:30 a 18; sábados, domingos y feriados: 8:30 a 19:30.
En el post anterior, Norma me dejó el siguiente comentario:
mucha gente vive de sus libros, eso es un mito de escritor frustrado. anda a preguntarle a los q estan en los 10 mas vendidos si no ganan plata.
los dos bloggers q nombras estan ahi. más vendidos junto con bucay.
tenés q informarte más antes de escribir.
Gracias Norma por darme el tema para escribir un post, es una buena ocasión para mostrar cuantos autores millonarios tenemos en la Argentina.
El proceso de publicación de un libro
La publicación de un libro es un proceso complejo y costoso que implica la participación de muchos actores a lo largo de un periodo de tiempo que se sabe cuando empieza pero muy pocas veces cuando termina.
Aprendí a hacer un libro en la facultad, cuando cursé la materia Diseño Editorial y me dí el gusto de hacer mis libros caseros, impresora chorro de tinta mediante.
Gracias a eso, el año pasado para el primer aniversario de Atención Viandante pude materializar un ejemplar único de un año de blog y empezar a estudiar la posibilidad de hacer realidad aquel protolibro.
Desde hace un tiempo me encuentro en la pre-producción de lo que será ese libro, que le cumplirá el sueño a Pulpo de tener un libro propio publicado (él ha formado parte de antologías de cuento y poesía, por lo que ya es un autor publicado).
Una de mis ocupaciones en la pre-producción, fue la de buscar presupuestos a diferentes editoriales para ver cuánto nos costaba el libro.
Para tirarles un número aproximado, con valores de marzo de 2008, el costo era de unos $5000pesos, si mal no recuerdo, para los 1000 ejemplares de 200 pgs.
A esto hay que sumarle los costos de diseño, ilustración de tapa y corrección que, en nuestro caso, son tareas que vamos a realizar nosotros mismos (porque si algo tenemos de bueno es que acá sabemos hacer de todo), por lo tanto es un costo que no entra en el presupuesto.
Pero sigamos adelante y veamos qué más hay dentro del proceso.
Post-producción
Distribución
Con los libros listos y aún oliendo a imprenta, llega el momento de distribuirlos. Esto implica darle al distribuidor entre el 40% y el 60% del precio de tapa.
¡Epa! ¡Se nos vino la noche de golpe! ¿Tanto se lleva el distribuidor? Y si, así es.
Toda la movida intermedia entre el autor y el lector cuesta eso. Pensemos que de ese dinero vive la editorial y el librero.
¿Cuánto le está quedando a nuestro autor millonario que vive de sus libros? Que no cuente las monedas, todavía falta más.
Promoción
Cuando en este momento el autor va a pensar que quizás aún puede sacar algo de plata se da cuenta que en ese precio no está incluída la promoción del libro (medios televisivos, radiales, prensa e internet), ni el evento de lanzamiento, ni acciones dedicadas a promover ese material en las librerías como afiches, señaladores, cenefas y portalibros que destaquen a ese material por sobre el universo de libros que esperan lectores, y que no estará tampoco en ninguna feria del libro o evento cultural si no colabora para ello.
Es entonces cuando vemos que el libro, mas allá de su realidad como objeto transmisor de la cultura, es una mercancía que no está excenta de costos de producción, distribución y promoción. El mix de las 4 P que tan famoso hizo Kotler y que ningún autor tuvo en cuenta a la hora de desear ver su producción reflejada en papel.
Después de toda esta enumeración me pregunto ¿Cómo hace el autor de un libro para vivir de él si, en el mejor de los casos, sobre el precio de venta recibe solo un 10%? ¿Eso paga su esfuerzo para hacerlo? ¿Cuanto tarda en recuperar la inversión que hizo en sus libros? ¿Qué sucede cuando el libro no es vendido? ¿Cuánto dinero y tiempo le cuesta al autor conformar su público-lector cuando es totalmente desconocido?
Con todo esto quiero decir que los casos de éxito, los que salen en el top 10, son publicaciones que nacen amparadas por el paraguas de industrias culturales que mueven un negocio y que “fichan” autores. Y con esto no estoy siendo despectiva, al contrario, estoy poniendo el acento en que las grandes editoriales saben y tienen la capacidad económica, técnica y logística para hacer redituable la pasión de sus autores. Y eso esta muy bien.
Como también está perfecto que ser autor de una gran editorial implique que uno solo va a pensar en el contenido de libro y no va a estar haciendo gacetillas para mandar a medios, ni va a pelearse con la imprenta por el aumento en el precio del papel o va a estar quejándose por la ubicación en los estantes con el librero.
Como vemos, no todo lo que reluce es oro y hay más autores del lado de los worst que de los best-sellers.
En el año 2005 hacía un curso de literatura hispanoamericana en el extensión cultural de la facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba, a la vez que en el mismo lugar estudiaba algunos idiomas (hebreo, italiano, francés y alemán).
Como cierre del año, y aprovechando mi entusiasmo con los libros y los idiomas, la profesora de literatura le propuso a la directora del área que hagamos un cierre del año en donde los cursos menos populares pudieramos mostrar algo de lo que hacíamos y habíamos aprendido.
Para el caso, seleccionó un texto corto de Cortázar el cual sería traducido por los profesores y leído por un alumno de los cursos árabe, hebreo, ruso, holandés, griego moderno, japonés, chino y quechua.
El texto elegido lleva por título “No, no y no”, y cobró un nuevo significado en una de las presentaciones cuando la profesora de griego que nos contó que una fiesta nacional del país helénico es el Día del No (en caracteres griegos Οχι Μερα, oji mera).
La historia del No griego cuenta más o menos esto:
(…) los planes de Mussolini de crear un nuevo Imperio Romano chocaban obviamente con las pretensiones griegas de controlar el Mar Egeo y las islas del Dodecaneso y de ejercer influencia en Albania. El expansionismo italiano enfrentó a Mussolini y al general Ioannis Metaxas, y a la vez que sonaban tambores de guerra en Europa, Metaxas se sentía más cerca de Gran Bretaña y de los Aliados que de los poderes del Eje. De nuevo, Metaxas acertaría, puesto que Grecia, como miembro de los Aliados, acabaría así en el bando de los ganadores, recibiendo, precisamente de Italia, las susodichas islas del Dodecaneso. 1
Todo ello se desencadenó después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, de la cuál Metaxas procuró mantener a Grecia alejada, pero el 28 de octubre de 1940, el el embajador italiano le hizo llegar al general en su domicilio de Kifissia el ultimátum, dándole tres horas para aceptar o rechazar las exigencias italianas, las cuales intimaban al gobierno griego a permitir que las tropas italianas ocupen el territorio nacional griego, para continuar la guerra con Gran Bretaña. Sin embargo, el mismo documento advierte que si las tropas italianas encontraran resistencia, esa resistencia será doblegada por las armas y el gobierno griego asumiría la responsabilidad de las consecuencias. 2
Según la tradición griega, Metaxas habría respondido al embajador con un único y tajante «Oxi!» («¡No!»), respuesta que es recordada en Grecia cada año en el llamado «Día del No».
La historia siguió así: “En medio de un exacerbado sentimiento nacionalista que poseyó a todos los griegos, Grecia entraba así en el conflicto, de lado de los Aliados. La resistencia griega fue formidable: “En pocos días, las fuerzas de ocupación italianas fueron devueltas a Albania en una cruzada por la liberación de lo que los griegos llaman Epiro del Norte, una área en el sur de Albania con una importante minoría griega. El espectáculo de David derrotando a Goliat levantó admiración en todo el mundo, y durante esta época Grecia e Inglaterra fueron los únicos países de Europa que resistían activamente a los poderes del Eje Fascista” (Richard Clogg, A concise history of Greece, 1992).”1
A veces decír NO es lo más difícil y duro, a veces hay que ser muy valiente para hacerlo, a veces se deja la vida por un NO.
Y en otras, muy posiblemente, se salvan miles de cosas.
Ojalá así sea.
No, no y no, de Julio Cortázar
El señor Silicoso está completamente loco si se imagina que voy a darle una hormiga. Por el momento no pide más que una, creyendo que va a convencerme con su modestia, pero al principio (el 22 de noviembre por la tarde) pedía mucho más, quería cantidad de hormigueros, legiones de hormigas, prácticamente todas las hormigas. Está loco. No solamente no voy a darle la hormiga sino que tengo la intención de pasearme delante de su casa llevándola conmigo para hacerlo rabiar. Procederé de la manera siguiente: Primero me pondré mi corbata amarilla, y después de haber elegido la más esbelta y vivaz de mis hormigas, la soltaré para que se pasee por mi corbata. Habrá así un doble paseo, en el que yo iré y vendré frente a la casa del señor Silicoso y mi hormiga ira y vendrá por mi corbata. ¿He dicho un doble paseo? Más bien una apertura infinita de paseos en espiral, pues si bien la hormiga se pasea por mi corbata, mi corbata se pasea conmigo, la tierra me pasea en torno de la eclíptica, ésta se pasea a lo largo de la galaxia, que se pasea en torno de la estrella Beta del Centauro, y en ese preciso momento el señor Silicoso, que cree estar inmóvil, se asomará al balcón a tiempo para ver a mi hormiga perfectamente dibujada con todas sus patas y sus antenas sobre mi corbata amarilla que le parecerá, pobre hombre, una espada flamígera. Entonces empezará a soltar por boca y nariz una baba semejante al macramé, y su esposa e hijas acudirán para hacerle respirar sales y tenderlo en el canapé del salón. Salón que conozco demasiado bien, después de tantas veladas que he pasado bebiendo té frío junto a esa familia ávida de insectos.
En un post destinado a captar todas las búsquedas sobre mi tocaya con coronita, exclusivamente, aprovecho para contarles que parece que entre las modelos mi nombre es bastante común (¿Será un nombre medio de gato tipo Jésica o Karen?).
En otro orden de cosas, y como dato de color una de las cosas que noté cuando fui a Venezuela en 2004 es que la fama de las mujeres de aquellas tierras es, a los ojos y gustos argentinos, bastante poco cierta.
De cara en general no son bonitas, y de cuerpo tienen un estilo mucho mas voluptuoso que lo que se estila acá. Curvas bien marcadas pero algo pasadas de peso para lo que estamos acostumbrados a ver en nuestras calles (ojo, no dije gordas).
En cuanto a la manera de vestirse, definitivamente no tienen nada que hacer al lado de las chicas de nuestras pampas. La ropa de los shoppings me parecia fea y sobrecargada, llenas de adornitos. Sin contar que me llanó mucho la atención ver que en el shopping de Porlamar, la ciudad principal de la Isla Margarita, vendían botas de caña alta… raro eso en una isla del caribe donde hace calor todo el año, no?
No tuve mucho trato con venezolanos, así que no puedo hablar mucho más pero lo que si noté en el aeropuerto y que comentamos con algunos de los cordobeses que estabamos esperando nuestro vuelo de regreso, era lo cirujeadas que se veian muchas de las mujeres que andaban por el freeshop.
La naturaleza es sabia y por algo no fabrica narices como las que vimos aquella mañana.
En fin, gustos son gustos dijo una vieja y se sentó arriba de un hormiguero.
Y yo no seré miss nada, pero de vez en cuando hago marketing viral, que tanto joder!
Si bien la chacarera es de cuna santiagueña y este blog pretende contar algunas de las cosas lindas que tenemos en Córdoba, me gusta pensar en “la Chaca” como una moza que gusta pasar sus vacaciones de verano en nuestra provincia, bailando y cantando en los festivales.
Por esto, me pareció que un tema interesante para tocar (y el que lo quiera bailar también) es conocer, un poco más sobre este tipo de danza argentina.
Con ustedes: La Chacarera
La chacarera es una danza vivaz, de parejas sueltas y uno de los bailes nativos más populares de nuestro país. por su estilo picaresco, Carlos Vega la clasifica dentro del grupo de coreografías galantes derivadas de las pantomimas amorosas que se practicaban en Europa en el siglo XVI.
Según este folclorista, la chacarera se bailaba en todas las provincias argentinas excepto en la patagonia.
Por su parte, Marta Amor Muñoz sostiene que no alcanzó la misma difusión en el litoral argentino (Entre Ríos, Corrientes y Misiones) y Pedro Berruti establece que tiene un parentesco con el Gato y afirma que resulta imposible saber si la chacarera se bailó antes de 1850.
En el oeste de Córdoba se la conoció con el nombre de “Chacra” y “Molino”.
Considerada como el ritmo santiagueño más emblemático, adoptó incluso un sentido religioso en el culto a la Telesita, a quien el promesante le ofrece bailar siete chacareras seguidas.
Existen distintas variantes de chacareras, como la larga, la polqueada, la doble o la trunca.
Extraído de Danzas Folklóricas Argentinas. Guadalupe de Oro, Ediciones Libertador. 2008.
Y para ilustrar este post dos videos: el cruzdelejeño Jairo, cantando Chacarera de las piedras con la voz en off de Atahualpa Yupanqui; y un segundo video con un grupo folklórico bailando una chacarera.
¡Solo falta el olor a choripán para el clima de festival!