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Miércoles 26 OCT | MISAS LUTERANAS DE JUAN SEBASTIÁN BACH (1685-1750)
BWV 235 en Sol menor y BWV 234 en La Mayor
21:30 hs | NIÑOS CANTORES DE CÓRDOBA, GRUPO VOCAL MASCULINO ELLOS Y LA BARROCA DEL SUQUÍA (CÓRDOBA)
Iglesia de la Compañía de Jesús -Caseros esq. Obispo Trejo, Córdoba-
Jueves 27 OCT| MÚSICA EN LAS MISIONES JESUÍTICAS Y EN LAS CIUDADES. VIRREINALES DE LA AMÉRICA COLONIAL Read more »
A propósito del tema de los jesuitas en Córdoba, les acerco una nota que me pareció interesante:
Publicado originalmente en La Voz del Interior, 21/03/2010. Suplemento Temas. Tapa.
Diálogo exprés con Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba: “La resignación no es cristiana”
-¿Su título es sacerdote jesuita?
-La gente se confunde. Ve “sj” y piensa “sacerdote jesuita” pero en realidad significa Societas Jesu, la Compañía de Jesús.
-¿Cuál es la misión de la Societas Jesu?
-El servicio de la fe inseparablemente unido a la promoción de la justicia, en diálogo con las culturas y las diversas tradiciones religiosas.
-¿Es una adaptación a los nuevos tiempos?
-Exacto. La Compañía de Jesús nace para trabajar por el servicio de la fe y en el ministerio de la palabra de Dios.
-Y para ir donde la Iglesia crea que deban cumplir su misión.
-Hay un voto especial de obediencia para ser enviados adonde la Iglesia disponga.
-Su fundación coincide con una época de cismas.
-La época de la reforma protestante y de la reforma católica después. Algunos jesuitas van al Concilio de Trento, pero Francisco Javier va a la India, a Japón, a China y otros vienen a América.
-De hecho, hubo cortocircuitos y fueron expulsados de aquí.
-Los hubo con el rey Carlos III que nos expulsó y, por añadidura, con la Iglesia que en ese tiempo estaba muy cerca del poder político.
-Pero el rey tuvo la anuencia de la Iglesia.
-No sólo eso. Después, la Compañía de Jesús fue suprimida. El papa Clemente XIV dicta en 1773 una bula de supresión.
-¿Cómo sigue la historia de la Compañía?
-Es restaurada por Pío VII en 1814. Hubo otros conflictos, como el de Mateo Ricci, un misionero que era físico y matemático, un sabio que se fue a China y fue inculturando el evangelio muchísimos años antes de que la Iglesia empezara a hablar de eso, a fines del siglo 20.
-¿Inculturación del evangelio?
-Claro, que no se traslade la cultura occidental junto con el Evangelio. Separar lo que es el Evangelio de lo que es la cultura occidental.
-La verdad nos hace libres ¿es sólo un lema universitario?
-No, es un momento del Evangelio de Juan. Jesús está hablando de la verdad y dice: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
-Es propio de las universidades católicas.
-El término verdad es ambiguo. Hay quienes se creen dueños de la verdad y tratan de imponérsela a todos. Nosotros pensamos que uno puede ser un investigador de la verdad, un buscador. Uno se va haciendo libre en la medida en que busca la verdad.
-Los conflictos ¿no serán fruto de la tendencia de la Compañía a la intelectualización?
-El perfil de la Compañía suele ser bastante libre para adaptarse a los contextos y dialogar con el mundo y a veces se cae en el clisé de que somos muy intelectuales. Pero hay muchos jesuitas que dicen que somos mediocridades bien cultivadas.
-Lo cual es muy inteligente.
-Ese intento de dialogar con el mundo consiste en tratar de comprender el lenguaje que se habla fuera de la Iglesia, en escuchar lo que están tratando de decirnos desde otros lugares. Y eso trae conflictos.
-Ustedes siempre juegan en el límite…
-Definimos que nuestra misión es estar en la frontera, que es un lugar de discusión, donde uno está acá pero al otro lo tiene al lado. Lo lógico es intentar dialogar con ese otro mundo, aprender su lenguaje, saber traducirlo. El término católico significa eso, universal. Somos católicos, no una secta.
-¿La Iglesia está en contra del progreso?
-Hay quienes, no sin razón, tienen ese juicio, sobre todo a partir de casos paradigmáticos como el de Galileo y toda la condena al modernismo. A veces nos hemos defendido por temor a lo que viene, a que cuando más se sabe, más se aleja la fe. En realidad mientras más se sabe, mejor y más profunda puede ser la fe.
-Los jesuitas son así…
-No, no, muchos son así. Hay un momento en que el sentido común marca eso. La Iglesia es una institución verticalista, pero no monolítica.
-Sin embargo…
-Es que hay miedo de que ciertas cosas hagan perder los valores cristianos. La Iglesia no tiene por qué intentar imponerle su pensamiento a todos, aunque sea un interlocutor válido y necesario para ciertos temas.
-Pero lo hacen…
-Claro, pero no creo que esté bien. Yo, por ejemplo, estoy en contra de la despenalización del aborto porque es un tema humano, no porque digo, como católico, que Dios crea la vida.
-¿Y la anticoncepción?
-El derecho canónico dice: la Iglesia no juzga las cuestiones de conciencia. En la realidad ocurre que hay gente que le pide permiso al cura para usar anticonceptivos. Y el cura no le puede dar permiso porque es un problema de conciencia personal.
-¿Cuál es la diferencia?
-Los gobiernos tienen que tomar decisiones políticas y al momento de tomarlas uno prefiere que se privilegie la vida, pero no se puede prescindir de la planificación. Seria anticristiano plantear algo distinto.
-Pero hay dogmas irrenunciables.
-En la Iglesia se plantean como axiomas o dogmas cosas que no lo son. Una doctrina papal o que ha sido explicitada por varios pontífices, no es dogma de la fe. Se coloca al creyente entre eso y el abismo y la realidad es más compleja. Si Jesús viera esto, lo vería desde la compasión, no desde axiomas y dogmas.
-La Iglesia también ha demonizado bastante a la mujer.
-Tiene dificultades para vencer un machismo atávico. Y es todo un tema en el que le va costando adaptarse.
-¿La religión es el opio de los pueblos?
-Tal vez en su momento, algo de razón tenía Carlos Marx. Nos resignamos a sufrir acá porque después vamos a tener la vida eterna. Y no es así. Jesús vino a anunciar que el reino de Dios se había acercado a los hombres; es decir que empezaba acá, con las relaciones de solidaridad. El pan se compartía acá, no en otra vida.
-Hay que aguantar en este valle de lágrimas…
-Eso no es cristianismo. Se lo ha vendido durante mucho tiempo como tal, pero la resignación no es cristiana. Lo cristiano es trabajar por un mundo más justo, más solidario, en el que seamos más iguales. Que es lo que viene a decir Jesús: somos todos hijos de Dios, por lo tanto somos hermanos.
-Por eso escribe usted.
-Claro, para decir estas cosas.
-Porque escribe sobre cuestiones terrenales.
-Es que mi prójimo es éste, con el que vivo acá, en esta sociedad. Me importa que nuestra vida sea una vida cada vez más humana, más ética.
-¿Y los poemas?
-No, eso es otra cosa. Los poemas son parte de mi vida.
Una interesante nota sobre la capilla doméstica de la Compañía de Jesús que demuestra que la importancia de la declaración patrimonial de los bienes culturales no es la movida política o turística: es la única forma de poner en valor nuestro patrimonio para que sea protegido por entidades públicas y privadas.
Nota de La Voz del Interior por Rosa Bertino.
La Capilla Doméstica venció a las termitas
La restauración duró cuatro años. La depredación animal, ambiental y humana había hecho estragos en esta joya colonial.
Hace 450 años, más precisamente en 1561, el arquitecto francés Philibert De L’Orme (1510-1570) publicó un tratado del tipo “Construya usted mismo su propia catedral”, o “Guía práctica de construcción de iglesias para el misionero moderno”. El texto sería de gran utilidad en la Córdoba colonial, y volvería a ser consultado hace apenas cuatro años.
Corrían los años de la evangelización acelerada de los territorios conquistados en América, y había que levantar iglesias y monasterios. Los planos y explicaciones de De L’Orme eran (y son) fáciles de instrumentar. Un siglo después, aproximadamente entre 1666 y 1667, con dicho manual y bajo la dirección del hermano Philippe Lemaire, en Córdoba se construyó la iglesia de los novicios jesuitas, más conocida como Capilla Doméstica.
A más de 300 años de su construcción, el edificio que para muchos es la muestra más importante del barroco hispanoamericano en Argentina, libró una batalla de décadas contra las termitas y semanas dio por cerrado el capítulo que la puso en riesgo de desaparición.
De no haber sido por la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad en 2000, la cubierta se hubiera venido abajo. Recién restaurada, esta joyita colonial ya puede ser visitada en el interior de la Compañía de Jesús, en Caseros y Obispo Trejo.
Un mito menos
A tono con su tiempo, aquel fraile belga sabía mucho de Sagradas Escrituras, y de barcos. De hecho, en su vida civil había sido constructor naval. “Así puede haber surgido uno de los grandes mitos que rodean al techo de la Doméstica: que se trata de una quilla invertida”, coinciden el padre Carlos Cravenna, el arquitecto Juan Manuel Bergallo y el ingeniero José Luis Nores. Empezando por el primero, los tres han tenido participación activa en el capítulo “Cómo restaurar la Capilla Doméstica sin desfallecer en el intento”, cuyas numerosas páginas intentamos resumir en este informe.
“El techo de la Doméstica es una bóveda de cañón corrido”, especifica Bergallo. Las miradas se dirigen hacia el magnífico cielo raso, con motivos vegetales, letanías y “una pintura central de la Virgen de la Misericordia y el texto que la acompaña”, que fue redescubierto gracias a la reciente restauración.
La declaratoria universal de Unesco obligó a prestarle más atención a la Manzana Jesuítica de la peatonal cordobesa. Conclusión: los títulos nobiliarios sirven para algo. Al mirar con detenimiento, se observó que la parte más antigua corría serios riesgos. El deterioro se había iniciado, o agudizado unos 100 años atrás.
Enemigos declarados
“A principios del siglo 20 debe haber acaecido el primer eslabón de la cadena de hechos que originaron los daños”, opina el ingeniero Nores, quien tuvo a su cargo las tareas de reparación. Luego enumera los factores de depredación, animal, ambiental y humana.
“Por entonces se agrandó el monasterio. Al taparse las ventilaciones, no había forma de que el ambiente se mantuviera seco y aireado. Esto potenció las filtraciones que, sin duda, se venían produciendo desde hacía 200 años. La ventilación preservaba los valores de humedad que no dañan al algarrobo y ese equilibrio se rompió”, explica el especialista.
Mucho después, el tránsito vehicular de camiones y colectivos, produjo fisuras aún mayores. La falta de apoyo económico de Arquitectura de la Nación impedía el correcto mantenimiento de este Monumento Histórico. Una cosa fue trayendo la otra, hasta que las termitas entraron a comerse la madera. “La situación que encontramos era muy similar a la de un queso gruyere”, grafica Nores.
Hubo equipo
“Es imposible decir cuánto tiempo más hubiera podido aguantar”, continúa continúa el encargado de la restauración, refiriéndose al preciado techo de la Capilla. “Pero es seguro que se iba a desplomar, comenzando por el sector ubicado sobre el altar, que era el más afectado”.
Tras mucho deambular, pero con mucho apoyo universitario y cultural, el reducido comité consiguió que la Provincia aportara 347 mil pesos. Con ese dinero emprendieron cuatro años de trabajo forzado, desde mediados del 2005 a noviembre 2008.
Esto implicó desmantelar techos, terminar con las termitas, recomponer desagües, cambiar tejas, colocar nuevo tendido eléctrico, restaurar pinturas, y varios etcéteras.
No fue fácil encontrar, en todo el país, alguien que supiera cómo intervenir en una construcción con casi 400 años de antigüedad. Pero, como dice el padre Cravenna, “medio Córdoba se involucró en el salvataje de la Capilla”. Intervinieron biólogos y bioquímicos, expertos en termitas; ingenieros en maderas y el equipo de restauración del Genaro Pérez.
Los obreros que treparon a sacar la caca de palomas de la Iglesia principal, llenaron 35 bolsas de consorcio y contaron trescientas y pico aves anidadas en la torre.
Ahora, las cloacas. Pero ya está. El resultado compensa con creces. La otra asignatura pendiente es la reparación de las cloacas que, si bien no han afectado a la Capilla, son un peligro latente e inminente para todo el perímetro de Caseros y Vélez Sársfield. Lo mismo se puede decir de los caños de agua que corren por calle Caseros, y que tienen casi un siglo de antigüedad.
Recorridos guiados
La Capilla Doméstica está en el interior de la Compañía de Jesús. Allí oraban o tenían misa los novicios de la orden de San Ignacio de Loyola. Es independiente de la iglesia principal, en Obispo Trejo y Caseros. Por sus valores arquitectónicos y religiosos, conviene visitarla con los guías del aledaño Museo Histórico de la UNC. Los recorridos se hacen de martes a domingo inclusive, en cuatro horarios: 10, 11, 17 y 18. Más información, en Obispo Trejo 242 o al teléfono (0351) 433-2075.
Editarán un libro sobre la restauración
El padre Carlos Cravenna SJ considera que fueron “cuatro años de cirugías y curaciones” los que acaba de terminar la Capilla Doméstica. Todo ese proceso será mostrado en un libro que incluirá una breve historia del sitio, y el interior del laboratorio de los materiales y pigmentos utilizados en las pinturas, las tomografías de las vigas del techo, el análisis de las maderas empleadas y los planos y diseños del techo.
“Para todo esto, la ayuda de la Provincia fue fundamental. De un día para otro nos dijeron “traigan el presupuesto”, y nos dieron un cheque por 345.000 pesos. También colaboró la Fundación Fondo para el Patrimonio Argentino.
A nivel de asesoramiento, también fue importante la colaboración del Instituto Marina Waissman de Historia y Preservación del Patrimonio de la Universidad Católica de Córdoba, y de la Dirección de Patrimonio de la Provincia, encabezada por Josefina Piana.
“Lo mejor de la restauración fue ir descubriendo, paso a paso, la técnica maravillosa de la construcción original. Lo peor fue la demora en obtener la restricción vehicular en la calle Caseros. Hubo muchos intereses en contra, y burocracia”, indicó.
Fuente: Dossier de Prensa de la UNC. Publicado originalmente en La Voz del Interior, 23/11/2008. Sección: Gran Córdoba. Página 16
Este post es una reseña sobre los libros que tengo sobre los jesuitas en Córdoba. Espero le resulte de utilidad a quienes buscan bibliografía sobre el tema y que quienes tengan o conozcan otros libros dejen su aporte en los comentarios.
– De Monserrat a Montserrat. Mario Argüello. Alción Editora. Córdoba 1993.
Este es un libro prestado para que recopile algunas cosas para traerlas al blog. Por lo pronto, lo que voy subiendo es que es un libro que cuenta las impresiones de un grupop de alumnos y padres del Monse que viajaron a Catalunya a conocer el santuario de la Virgen de Montserrat.
El libro incluye un capítulo sobre los famosos duendes y fantasmas monserratenses que es cualquier momento van a llegar en forma de post junto a otros espectrosos famosos de Córdoba.
– Diario del destierro, José Manuel Peramás S.J. Editorial Universidad Católica de Córdoba. Córdoba 2004.
Este es uno de mis libros preferidos y más queridos, tanto así que tomé un pasaje para la charla sobre Humor y Blogs que presenté en Rosario.
Como dije aquella vez, este diario es el de un cura bloggero en papel que día a día “sube” a su bitácora el periodo del destierro desde el colegio de Córdoba hasta el destino final en Italia.
Para quienes hemos estudiado y trabajado con lo jesuítico desde lo patrimonial, poder leer la historia contada en primera persona es emocionante, casi hasta las lágrimas. Y no es que sea hipersensible o que exagere. Es que leer este libro es transportarse en el relato hasta aquellos tiempos, sentir la injusticia, el maltrato, experimentar lo que era viajar en barco a Europa por aquellos años…
Como fuente histórica es excelente: narra sobre la flora, fauna, costumbres, comidas, fiestas y población de Córdoba de la época. Es un libro para comprar si o si.
– El Monserrat. Trescientos años: 1687-1987. Fernando Beato y otros. Publicado por el Colegio Monserrat. Córdoba, 1987.
El libro puede comprarse en el Colegio y en la oficina de turismo de la universidad (al lado del Monserrat).
Es una publicación muy completa que revisa todo el universo monserratense: el nombre, el significado del escudo, la virgen de Monserrat, la historia del colegio, sus alumnos ilustres, etc.
– Empresas sacras jesuíticas de Córdoba. Sergio Barbieri. Publicaciones Fundación Centro. Córdoba 2003.
Las “empresas” son, explicado en criollo, las imágenes que ilustran los frisos de la iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba. Cada empresa tiene un significado y está relacionada con una ilustración original europea.
Un libro muy interesante, lleno de ilustraciones que permiten ver detalles de la profusa decoración del bellísimo templo barroco.
Dato aparte: este libro es el número 5 de la colección Historia de la Arquitectura de Córdoba de Publicaciones del Centro que incluye: Nº1 El parque Sarmiento, Nº2 Los puentes del Suquía, Nª3 La catedral de Córdoba (lo tengo) y Nª4 el Museo Luis de Tejeda.
Este libro lo compré en la tienda de la ciudad en la recova del Cabildo, voy a pasar esta semana a ver si consigo los tres que no tengo, ahora me dieron ganas de comprarlos. Si alguien sabe de otro lado donde los tengan, avisen.
– Estancias jesuíticas. Historia de su construcción y Manzana jesuítica. Historia de su construcción. Textos y dibujos de Juan Kronfuss. Editorial Nuevo Siglo. Córdoba 2005.
Se trata de dos libritos, casi casi folletos, sobre los escritos del Arq. Kronfuss sobre estos dos temas. Leo en lápiz un “$6” en cada ejemplar que seguramente debo haber comprado por 2005.
Un libro que me encantaría tener algún día es el de la Arquitectura Colonial Argentina de Kronfuss que hoy debe salir como medio sueldo de docente, más o menos.
– Historia de la Estancia de Caroya. Luis O. Calvimonte y Alejandro Moyano Aliaga. Publicado por la Junta Provincial de Historia de Córdoba. Córdoba 2003.
Para mi gusto es un libro aburrido y técnico donde se contrastan datos para encontrar una verdad histórica rigurosa. Y esto quiere decir que los historiadores han cumplido muy bien con su trabajo y que a mi me gusta leer las cosas con un poquito más de arte, nada más.
Pero supongo que es un material bibliográfico que tiene que estar si es por una cuestión de estudio.
Como regalo, al menos yo, no lo compraría.
– La arquitectura de Córdoba y su historia. Compilación de escritos del Arq. Rodolfo Gallardo. Editorial Nuevo Siglo. Córdoba 2003.
Este es otro libro que no debe faltar en una biblioteca que quiera tener una sección sobre Córdoba. Lo compre hace unos cuatro años, muy posiblemente a poco de estar en el mercado, y no le he visto en mis recorridas habituales por las librerías de Córdoba. Pero será cuestión de preguntar.
Como lo indica el título, este es un libro genérico sobre arquitectura, pero hecho por el Arq. Gallardo que además de saber de su arte y poder contextualizar la arquitectura con su entorno, la realidad sociocultural, la idiosincracia de los pueblos (y de la fe, en el caso de las obras jesuitas) y la economía; además de todo eso era un escritor fantástico que da gusto leer.
Es una fuente interesante sobre la aquitectura de las obras jesuitas de Córdoba, que incluye la Quinta de Santa Ana, el puesto La Calera y, por supuesto, las estancias y la iglesia de la Compañía en Córdoba capital.
– La biblioteca jesuítica de la Universidad Nacional de Córdoba. Marcela Aspell y Carlos Page (compiladores). Publicado por la UNC en 2000.
Este me lo compré en la feria del libro este año y si bien lo hojeé no lo leí en profundidad.
Lo que puedo decir es que es una muy buena edición y si no me equivoco fue lanzada después que Fernando de la Rua desde la presidencia devolviera los incunables jesuitas que estaban tirados por ahí en Buenos Aires después de largos años de reclamos de la UNC para recuperarlos como patrimonio de Córdoba.
De todas maneras, en Buenos Aires quedan varios libros jesuitas de Córdoba y la imprenta que tenía el colegio que, si mal no recuerdo, fue la primera del país y está expuesta en el Cabildo de la “capital federal”.
– La estancia jesuítica de Alta Gracia. Carlos A. Page. Ediciones Eudecor. Córdoba 2004.
Es un libro interesante que sabe combinar los datos históricos con un relato ameno para ir reconstruyendo la vida de la estancia através del tiempo.
– La estancia jesuítica de San Ignacio de Calamuchita. Griselda de las Mercedes Benso y Analía María Signorile. Ediciones del Boulevard. Córdoba 2004.
Es un libro muy interesante para completar las lecturas que ya se tengan sobre el patrimonio jesuítico de Córdoba, ya que cuenta qué pasó con esta estancia, cuál fue su historia y por qué no entró en la declaración de la UNESCO. También cuenta qué podría hacerse para recuperar algunos de los vestigios que quedaron en la zona del trabajo jesuita.
Lo vi en la feria del libro, así que debe ser fácil de conseguir en las librerías de Córdoba.
Bonustrack
– El liderazgo al estilo de los jesuitas. Chris Lowney. Grupo editorial Norma. Bogotá 2004.
Si ya leíste todo lo anterior y ya te hicite fan de los jesuitas, seguramente vas a querer comprarte este libro.
Está escrito por un ex jesuita de salió de la orden para meterse en el mundo de los negocios y a los dos días ya era Gardel. Ahí le bajé dos puntos pero le perdoné la vida porque yankilandia solía adorar historias como esa (ahora no se de que se van a disfrazar cada vez que quieran salir a hablar del American dream). Pero volviendo al libro, es un excelente repaso de lo que fue la Compañia de Jesús como multinacional global cuando no había internet ni medios de comunicación que hicieran pensar que la cosa era accesible.
Además cuenta algunos datos curiosos, como la única mujer jesuita de la historia, cómo se mimetizaban los jesuitas en Asia para “entrar al mercado” y los interesantes ejercicios espirituales creados por Loyola.
Una vez más, por ser un libro made in USA, la referencia a la labor evangelizadora en América es poca comparada con las páginas que le dedica a Asia.
Es un libro muy recomendable, junto al Diario del destierro, para hacer un regalo empresario. De paso evitan los Osho del mundo de los negocios.