Jorge Sappia. Abogado laboralista. Ex ministro de Trabajo de la Provincia de Córdoba. Autor del ensayo “Impacto de Bialet Massé en el derecho positivo laboral argentino”, incluido en el tomo 1 de “Juan Bialet Massé. Precursor de la regulación de las condiciones de trabajo”.
Especial
Puede afirmarse sin temor a equívocos que Juan Bialet Massé es a la vez una de las personalidades más brillantes de la historia nacional y seguramente una de las más ignoradas. Por eso resulta oportuno –y necesario– recorrer los hechos que protagonizó para que se valore qué le dejó a su tierra de adopción.
Bialet Massé llegó a la Argentina en l870, con un título de médico obtenido en su Cataluña natal bajo el brazo. Traía también los nombres de prominentes hombres públicos argentinos, como él, miembros de la masonería, y que rápidamente le consiguieron ubicación en estos lares.
Así fue rector y vicerrector de colegios nacionales en Mendoza, La Rioja y San Juan. En esta última ciudad, se casó con una nieta de Narciso Laprida. En su paso por la enseñanza escribió Nociones de anatomía, fisiología e higiene, y Compendio de anatomía, fisiología e higiene humana, para uso de los colegios secundarios. A la vez asistió al Primer Congreso Pedagógico Nacional que echó las bases de la Ley 1420.
Ante la propuesta del rector de la Universidad de Córdoba, Manuel Lucero, para que asumiera la flamante cátedra de Medicina Legal, estudió y se graduó de abogado, redactando Lecciones de medicina legal, que le valió ser designado Doctor Honoris Causa por la Casa de Trejo.
Bialet Massé fue concejal en la ciudad de Córdoba entre l882 y 1887, ocupando la presidencia y vicepresidencia del Consejo Deliberante. Al mismo tiempo fundó la empresa constructora que ganó la licitación para construir el dique San Roque. La monumental obra se completó en dos años, de 1886 a 1888, bajo la dirección personal de Bialet, quien no sólo materializó el proyecto que se convirtió en uno de los más ambiciosos del mundo en su momento, sino que lo hizo dirigiendo una construcción que en algún momento concitó la labor de siete mil obreros, trabajando a pico y pala.
Para llevar adelante la obra, imaginó y materializó utilizar la piedra caliza de las sierras cordobesas y para ello fundó la primera fábrica de cal del país, que llamó La Argentina y cuyo horno todavía se ve al costado de la ruta 38 a su paso por el pueblo que lleva su nombre.
La construcción del Dique San Roque era demasiado para la Córdoba conservadora y pacata, que no soportaba el empuje de un soñador y realizador de sueños como fue Bialet, y le imputó mala praxis en la obra. El catalán y su director técnico Casaffousth fueron a la cárcel, de la que salieron dispuestos a poner distancia con esta ciudad que todavía no había alumbrado movimientos como la Reforma Universitaria, que le cambiaron el espíritu.
Bialet recaló entonces en Rosario y se convirtió en abogado laboralista, ejerciendo como letrado de la Sociedad de Obreros y Estibadores de Rivera de Rosario y la Confederación de Obreros Ferrocarrileros de Rosario, dos organizaciones de trabajadores ideológicamente anarco sindicalistas a los que les escribió un manual de funcionamiento sindical. En esa ciudad que sobre fines del siglo 19 expresaba la idea del país agroexportador que había imaginado la generación del ’80 con Julio A. Roca a la cabeza, Bialet concibió y escribió lo que al publicarlo en 1902, denominó Proyecto de ordenanza reglamentaria del servicio obrero y doméstico. Puede afirmarse que es su obra cumbre, compendio de una avanzada casi insolente para las concepciones de la época, en materia de ideas jurídicas y político sociales. Allí Bialet concibió los términos del contrato de trabajo, admitió la licitud de la huelga, aceptó la intervención de las organizaciones de trabajadores a las que hoy llamamos sindicatos, imaginó la protección de las mujeres y los menores en el trabajo y promovió la inspección del trabajo, entre otras iniciativas.
En 1904 Bialet entregó al Ministro del Interior Joaquín V. González su Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la República, expresión de un relevamiento personal sobre el trabajo en el interior argentino, que es un informe completo, un análisis sociológico y examen crítico de la situación social del país.
Vuelto a Córdoba, y tras obtener su grado de ingeniero agrónomo publica varios trabajos sobre la mecánica de riego en la provincia de Córdoba, que de algún modo practica en las tierras que había comprado en Punilla. La Universidad de Córdoba nuevamente le propone la cátedra, en 1907, esta vez la de Derecho Industrial, como se llamó en primera instancia lo que hoy es Derecho del Trabajo. No alcanzó a desempeñarla, su salud no se lo permitió.
Falleció luego de 37 años en tierra argentina, a la que había llegado con apenas 30 de edad. En ese poco tiempo le dio tanto a su patria adoptiva, que es merecedor de la memoria más respetuosa de las generaciones que le sucedieron.
Vía Dossier de prensa de la UNC. Publicado originalmente en La Voz del Interior 13/11/2008. Suplemento Cultura. Página 2E.