Filosofando sobre bueyes perdidos el otro día me hacía esta pregunta y pensaba que quizás ustedes podrían participar dando su opinión en este asunto.
Actualmente soy socia de dos bibliotecas de mi ciudad. ¿Cómo puede ser que con una cuota mensual de $10 pesos mensuales en una de ellas, de $20 anuales en la otra y una cantidad de títulos más que interesantes siempre que voy están casi vacías? ¿Cómo puede ser que cuando veo el registro de firmas hay días en los que sólo han entrado 10 personas? ¿Por qué a pesar de los precios de los libros siempre hay más gente en las librerías? ¿Qué no están haciendo los bibliotecarios para captar lectores? ¿La biblioteca tradicional se quedó en el tiempo?
Para ordenar algunas de mis ideas, armé algunas hipótesis en base a mis propias experiencias de usuaria/cliente en estos dos espacios:
- Las librerias son lugares más lindos que las bibliotecas: los espacios comerciales han pasado desde los oscuros lugares de antaño a los espacios abiertos y limpios de hoy. Algunos puntos a destacar de las librerías:
– Diseño del espacio comercial: buena iluminación y un layout atractivo que mezcla estanterías con mesas centrales.
– Facilidad de acceso a los títulos: el material está claramente etiquetado por género y hay computadoras donde pueden consultar precios o buscar libros.
– Productos: existe variedad de títulos aunque principalmente se pueden encontrar las últimas novedades. Se pueden encontrar algunos productos complementarios como CDs, DVDs, etc.
– Servicios: sillones y mesas dentro de la librería, algunos locales cuentan con cafetería. - Las librerías son más proactivas: obviamente por tratarse de un lugar con fines de lucro debe serlo, pero aún así ambas instituciones compiten por gente que busca libros, lo cual haría suponer que las bibliotecas públicas tratarían de seducir a las personas para que se acerquen a ellas.
- Las librerías no son lugares aburridos: será porque hay movimiento de gente, porque hay musica funcional de fondo, porque son lugares lindos, pero para los que nos gustan los libros ir a dar vueltas por una librería siempre es algo entretenido, aún cuando vayamos cada tanto al mismo local. Y eso con las bibliotecas nunca me pasa. Voy, busco el libro que quiero y salgo sin andar paseando.
- Las librerías parecen espacios vivos: el ruido natural y el movimiento constante de un espacio comercial no resulta particularmente molesto ni incomodo para que alguien revise títulos en los que está interesado.
- Las librerías tienen un personal más involucrado en la actividad: con esto no quiero decir que todos los que están atendiendo al público merecen el honorable título de libreros, pero al menos he tenido la suerte de cruzarme con varios que han sabido recomendarme cosas para que lea o han sabido responderme qué otro título podría considerar si no estaba el que quería.
En las bibliotecas no he visto que el personal se involucre demasiado, sin que esto sea bueno o malo en sí mismo. - Las librerías usan todas las herramientas de marketing: y eso va desde tener una tarjeta de puntos que puedo acumular para canjear por regalos a enviarme mails con novedades editoriales.
Si bien hoy en día hay muchas bibliotecas públicas que tienen sus fanpage en Facebook, no veo que el uso que le dan sea el más interesante para las posibilidades de esa herramienta. Y lo más curioso: ¡en los muros lo que menos se promociona son los libros de sus colecciones! - Las librerías han sabido adaptarse al paso del tiempo: el librero sabe que si quiere sobrevivir tiene que ir con los cambios que se dan en la población.
La biblioteca pública vive (algunas apenas sobreviven) con su vestido de dama antigua, su abanico y su peinetón esperando en el silencio de su casona de techos altos que los hombres y mujeres del siglo XXI vayan a visitarla.
¿Qué otros motivos encuentran ustedes para que haya más gente en las librerías que en las bibliotecas?