Ya les conté mi experiencia en un partido de la NBA cuando estuve en Orlando, así que cuando visitamos Texas daba por descontado que Guille iba a querer ir a todos los estadios de los equipos locales.
El primero que conocimos fue el Toyota Center para ver un partido entre los locales Houston Rockets, recibiendo a Los Angeles Clippers.
Enclavado en el centro de la ciudad, y en una especie de distrito deportivo, muy cerca del estadio de béisbol de los Houston Astros y del estadio de fútbol de los Houston Dynamo, se vuelve un estadio de fácil acceso, y con muchas opciones para quedarse en la zona si uno está decidido a ir especialmente a ver un partido.
El estadio, como el caso de la mayoría de los de la NBA, es enorme y con múltiples pisos, así que hay que consideren llegar al lugar con el tiempo suficiente que les permita encontrar el estacionamiento, hacer la fila del ingreso y buscar su ubicación. Seguramente también van a querer recorrer un poco el lugar para ver las diferentes opciones de negocios y atractivos que hay lo largo y ancho de los pasillos (tiendas de recuerdos, merchandising, promociones para ganar premiios, stands de los sponsors con regalos, puestos de comida, etcétera).
En ocasiones suelen entregarse objetos promocionales en los partidos, y en este caso la empresa Trolli (marca de caramelos, no piensen otra cosa) regalaba un kit de vincha y una barba de James Harden para disfrazarse, que pueden verlos en la foto de arriba.
En el plano estrictamente deportivo Guille me acota:
A diferencia de la experiencia en los partidos en Orlando, donde el equipo pelea siempre de mitad de tabla hacia abajo, y hace varios años que no hace una corrida a la postemporada; en el caso de los Houston Rockets, tienen un gran equipo, y son candidatos. Por ello, a nivel basquetbolístico, haber podido ver el enfrentamiento entre James Harden y Chris Paul fue un placer extra como fan de la NBA.
Al público se lo nota más metido en el partido y alentando mucho más sin la necesidad que el Disc Jockey tenga que agitarlos demasiado; lo que le agrega un componente más de cancha que lo que vivimos en Orlando. Probablemente se debe a que los hinchas se preocupan más por el resultado, porque están en la pelea por el campeonato, y están acostumbrados a la gloria que supieron conocer a mediados de los noventa.
Quizás, como corolario de lo anterior, los Houston Rockets no necesitan de tanto “extra” para llenar el estadio, y por ello los espectáculos de entretiempo, si bien son entretenidos, están un paso atrás a los de Orlando; y también se los nota más dirigidos a públicos texanos, que a turistas internacionales.
La vista desde cualquier sector del estadio a la cancha es impecable, algo común a todos los estadios que hemos conocido hasta ahora.
Algo que nos resultó un poco extraño es que dentro del Toyota Center no hay ninguna tienda de merchandising de Toyota. Claro que todo el branding del estadio está con la marca, y se ven exhibidos los diferentes modelos de autos y camionetas en los pasillos; pero uno no se puede comprar un llavero o una camiseta de Toyota en ningún lugar.
En definitiva, si van de visita a la ciudad de Houston, o están por el Estado de Texas y les gusta el deporte; asistir a un partido de la NBA de los Houston Rockets en el Toyota Center es sin lugar a dudas una gran opción a un precio accesible.