En otro artículo les conté mi experiencia del año 2013, cuando fui a un partido de la NBA como acompañante (o sea estilo “Bueh, vamos”), así que luego de este viaje en 2016 me planteé el tema de otra manera: si uno es un turista no seguidor de la NBA y está visitando Orlando ¿justifica ir a la cancha para ver un partido?
La respuesta es NO si no soportás el deporte y no se te mueve ni un pelo de curiosidad por conocerlo en vivo.
Ahora bien, si te gusta el deporte o, aún no siendo fan, te interesa ver espectáculos de alto nivel de lo que sea; se vuelve una experiencia que formará parte de tus buenos recuerdos a la vuelta.
Es por eso que ir a un partido de básquet de la NBA siendo turista tiene estos condimentos:
- Al momento de escribir este post, los Magic no están pasando por sus mejores épocas en cuanto a resultados deportivos, así que recurren a elementos de entretenimiento para mantener una alta ocupación de los asientos de la cancha; lo que, para un turista es una buena noticia, porque verá mucho espectáculo.
- La mayoría de los partidos de local son noche temática. En el caso que asistimos nosotros, se trataba de la Noche Latina, con lo que la ambientación, las camisetas de los jugadores, el merchandising, la música y algunos espectáculos están orientados a agasajar a los latinos.
- Un dato sobre esto: la noche latina se instauró en la liga desde las temporadas 2006/2007 para honrar el origen de los fans hispanos y tiene lugar en el mes de marzo en los diferentes estadios. Todos los latinos asistentes están invitados a llevar una bandera de su país para la celebración.
- Siendo Orlando una ciudad de entretenimiento, el nivel de los actos de entretiempo, y en los cortes dentro del partido son de un nivel superior a otros estadios de la NBA.
- Durante el partido existen muchas oportunidades de cruzar celebridades o verlas sentadas en la primera fila. Por supuesto no es tan común como verlas en un partido en Los Angeles o en Nueva York, pero se ven varias. Sobre todo de acuerdo al rival de turno.
- El Amway Center es una buena opción también para la cena, ya que tiene varios restaurantes a la carta dentro si no estás con ganas de simplemente un pancho o unas alitas de pollo. Siendo un estadio céntrico, también se puede conseguir restaurantes de nivel en un radio de 3 cuadras.
- Recorrer el interior del estadio tiene su interés también; más allá de las tiendas de merchandising de básquet y las exhibiciones de la historia del equipo, también hay una galería de arte y una galería de fotos y artículos en exhibición de los artistas que cantaron en el estadio.
- Al terminar la velada de básquet, quienes se quieran quedar reciben el célebre “2 shows al precio de 1” y pueden ver música en vivo. El día que fuimos nosotros había un show de clásicos latinos a cargo de José Alberto “El Canario” y su Orquesta (aunque suene gracioso el nombre, busquen en YouTube y van a ver que es un tipo muy conocido y de larga trayectoria), lo que extendía el valor de la entrada por dos horas más de fiesta, pachanga y baile al ritmo de todos sus hits.
En definitiva, por una entrada que, en la mayoría de los casos, arranca desde los 30 dólares, pueden acceder a entretenimiento de primer nivel por al menos 5 ó 6 horas.
Muchos de estos puntos aplican también para los otros 29 estadios de la liga, así que si están viajando por turismo o por trabajo y justo visitan una ciudad que tenga partidos programados durante su estadía, no deberían dejar pasar la oportunidad de ir.