Desde que este libro llegó a mis manos tuve ganas de leer a Silvina Ocampo. Siendo la esposa de Bioy Casares, hermana de Victoria Ocampo, amiga de Borges y alguien que vivía entre la elite cultural de su época me hacía pensar que sería un encuentro inolvidable y que disfrutaría mucho las páginas de este libro.
¿Les digo la verdad? No me pasó nada de eso. Muy por el contrario me decepcionaron casi todos los cuentos del libro y no me gustó para nada su estilo narrativo. De hecho hasta la pondría con lo más flojo que LIJ que me crucé este año. Tendrá todo un nombre encima esta mujer, pero si no me gusta tampoco dá para que por portación de apellido hable bien de su libro ¿no?
Este libro se compone de 16 cuentos, la mayoría de ellos protagonizados por chicos.
- Los dos ángeles.
- Los riseñores de Biriatú.
- La naranja maravillosa.
- El pescado desconocido.
- Icera.
- El amigo de Gabriel.
- El Moro.
- Fuera de las jaulas.
- Timbó.
- El niño prodigio.
- La soga.
- La liebre dorada.
- Viviana la curiosa.
- Chingolo.
- Ulises.
- La lucecita.
Más allá de que el libro en su mayoría no me convenció, rescato los cuentos La soga y La liebre dorada como los más logrados del libro.
¿Qué cosas no me gustaron de este libro?
- Uso de los adjetivos. A lo largo del libro se repite mucho el esquema sustantivo-adjetivo para describir cosas que no son relevantes a la historia o que bien podrían haberse contado a través de otros recursos.
Por ejemplo: “El jardín era enorme, con árboles altísimos”.
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- Comparaciones trilladas. Por ejemplo: “Viviana tenía los ojos azules como el fondo del mar, el pelo rubio como el trigo (…)”.
Si es el fondo de un mar muy hondo los ojos van a ser más tirando a negros que a azules, pero supongamos que a eso lo paso por alto. Lo que es trillado hasta el cansancio es el uso de ojos-mar y pelo-trigo.
O bien: “Marina no se trepaba a los árboles porque todos eran pequeños para su altura de jirafa”.
. - Personajes: en muchos cuentos sentí que los personajes eran como muñequitos de cartón que hacían cosas porque la mano invisible de la autora los movía.
. - Elipsis: en varios cuentos hay cortes donde de una acción se pasa a otra cosa sin una razón ni una explicación lógica.
Por ejemplo: en el cuento Ulises se narra cómo dos chicos de 6 y 7 años van a ver a una bruja/curandera/tarotista.
En el clímax del cuento Ocampo escribió: “En el cuarto contiguo alguien tocaba el piano. Aquella música me dió un poco de sueño y me dormí. ¿Cómo Madame Saporiti preparó el filtro? ¿Cómo Ulises lo bebió? No sé. Me despertó el ruido del vaso de vidrio sobre el plato de porcelana, que Madame Saporiti puso cuidadosamente sobre la mesa.”
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- Verosimilitud: utilizando el mismo ejemplo de arriba no puedo evitar preguntarme cómo puede ser que a) Dos chicos de esa edad vayan a una tarotista, b) No tengan miedo, c) Uno de ellos se duerma y no le parezca raro, d) Se despierte como si tal cosa y tampoco le parezca raro.
Como he dicho en otras ocasiones, no hace falta que en la ficción haya elementos realistas, pero sí tiene que existir una construcción tal que haga posible que los lectores creamos que las cosas más extrañas pueden ser posibles.
. - Finales: varios de los cuentos tienen finales abruptos, como si la autora hubiera querido liquidarlos en lugar de cerrarlos.
Por ejemplo: “Pero Claudia y Virginia se acostumbraron por último a los inconvenientes de las ventajas y fueron felices.”
. - Literatura infantil del siglo XX: aún dejando de lado los problemas narrativos, las historias me parecen aniñadas, zonzas y aburridas para un chico lector de hoy. Bah, al menos a mi me aburrieron bastante y eso que leo porque me gusta.
No he leído otras cosas de Silvina Ocampo como para saber si su problema es que no funciona como autora de LIJ o si no estaba a la altura literaria de su grupo de amigos. Le daría otra oportunidad leyendo sus textos para adultos.
Datos bibliográficos
Título: LA NARANJA MARAVILLOSA
Autora: OCAMPO, SILVINA
Precio: $ 35,00
Sello: SUDAMERICANA
Fecha publicación: 1977
Páginas 96
Medidas 13 X 21,5 mm
ISBN 950072734X
Colección LA PLUMA DEL GATO
Edad sugerida: desde los 10 años.
Está recomendado en la lista de los 300 libros para leer en las escuelas del Ministerio de Educación de la Nación.
En mis listas está incluída en los libros para chicos de 9 a 11 años.
Quiero agradecer muy especialmente a Daniela, encargada de prensa de Random House Mondadori Argentina, quien amablemente me envió ejemplares de la colección para hacer las reseñas.