Este mes tengo ¡tres reseñas para hacer! Así que sigo agradeciendo por los libros en inglés que cada mes me envían desde la Editorial Chicken Soup de Estados Unidos mediante su programa de acciones en blogs. Y como siempre digo, autores y editoriales en español están invitadas a imitar esta excelente iniciativa enviándome libros para reseñar.
Este mes esperaba con muuuchas ansias este libro porque soy gatera de alma, al punto de tener siete gatos.
En el blog ya les he contado sobre los blogs de gatos y las razones por las que no tiene sentido comparar (ni ponderar) perros sobre gatos.
Así que el libro de hoy es un aporte más para mi fanatismo gatuno y para todos aquellos que lo comparten. Ah! los perreros también tendrán lo suyo cuando les cuente sobre el título My dog’s life.
Si ya han leído otras reseñas como Grieving and Recovery y New Moms, sabrán que todos los Chicken soup compilan 101 historias de personas comunes que giran alrededor del tema de tapa.
Las historias de este libro se dividen en estos diez capítulos: Irresistible; Comer, jugar, amar; ¿Sabés cuánto te he amasado?; ¿Quién es el jefe?; Soy gato, escuchame rugir; El miau gatuno; Una vida ronroneando; ¿Estás acechándome?; Las siete vidas; Sobre el arco iris; Siempre te amaré.
Y ya que este es un post de fanatismos, esta es una lista de mis “gatismos”:
- Cuando era chiquita y mi papá me preguntaba “¿Quién es el mejor amigo del hombre?” yo siempre contestaba “¡el gato!”. Más allá de los chistes obvios que siempre se hacen en Argentina con una respuesta así, siempre supe que, al menos para mi, mis mejores amigos siempre serían los gatos.
- En mi casa los gatos no ronronean, hacen gru-grú. Ese neologismo onomatopéyico es mucho más justo con ese sonido tan relajante y peculiar que hacen los gatos para demostrar alegria, cariño, placer, tranquilidad, entre otras cosas.
- Todos mis gatos han sido rescatados.
- Mi enorme gata negra de ojos amarillos Jeanu tenía un talento particular para detectar a mis novios o condidatos a. Lo que hacía cada vez que llegaba uno a mi casa y se sentaba en el living, era treparse por su pecho y quedar hocico a nariz con el aterrorizado muchacho. Parecía un padre guardabosque diciendo “Ojo con la nena, eh?” 😀
- Nina es la gata de Guille pero que tiene custodia compartida y pasa bastante tiempo en mi casa, al punto que mi mamá pregunta todos los días por ella cada vez que se la lleva el padre.
- Todos los gatos tienen su sobrenombre cariñoso aparte de su nombre oficial.
- A mi gato Yusmindo lo rescaté de alguien que lo tenía enjaulado siendo un cachorrito destetado antes de tiempo. Tiempo después lo tuve que volver a rescatar cuando se subió a un arbol a una altura de 5 metros y le daba vértigo bajarse.
- Mi gata Mili salto sobre la salamandra cuando estaba prendida. Todavía me dá impresión cuando me acuerdo.
- La técnica de mi veterinaria para que los gatos se porten bien es mirarlos y decirles ¡Qué lindos ojos! y piropos por el estilo. Créase o no, ¡funciona!
- Yusmindo y Nina tienen el amasado con grugrú automático cada vez que los pongo en cosas de lana, polar o microfibra.
- La maratón gatuna empieza con el ruido de la bolsa o lata del balanceado.
Quienes quieran comprar este libro pueden hacerlo en Amazon. Y hasta donde sé Atlántida no tiene un Chocolate caliente para el alma de esta temática en español. pero pueden consultar en su librería más cercana.