06
Jan 2012

Reseña de los libros Los ojos del perro siberiano y Nunca seré un superhéroe de Antonio Santa Ana

Archived in the category: 52 libros 2014

Siguiendo con reseñas de autores de literatura infanto-juvenil, esta vez le toca el turno a Antonio Santa Ana a quien conozco por primera vez a través de estas dos novelas.

Los ojos del perro siberiano (1998)

Ha sido un grato y sorprendente descubrimiento, no sólo por el compromiso con la temática de la historia (un tema tabú para sus protagonistas y para la sociedad), sino también por lo bien escrito del relato, que da las pausas y los clímax en los momentos justos y utiliza las palabras adecuadas para recrear la atmósfera que corresponde a cada etapa en la vida del protagonista-narrador.

Como si fuera poco, tiene uno de los mejores comienzos de novela que he leído:

Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo.

Eso es lo que me pasó a mí con mi hermano.

Mi hermano hubiese cumplido ayer 31 años, pero murió hace 5.

Se había ido de casa a los 18, yo tenía 5 años.

Mi familia nunca le perdonó ninguna de las dos cosas, ni que se haya ido, ni que se haya muerto.

Esto, si no fuera terrible, hasta sería gracioso.

Pero no lo es, lamentablemente.

Perdonen si este párrafo es confuso.

Quiero contar toda la historia esta noche.

Mañana me voy.

Tal vez si logro repasar mi historia en voz alta, aunque sea una vez, me sienta más liviano en el momento de tomar el avión.

Pero no sé si podré.

¿Quién no se engancha con la historia con un inicio tan prometedor?

Dar más detalles sería arruinarles el elemento crucial del argumento y la clave de los conflictos entre los personajes, pero les aseguro que este libro va a impactar a más de uno.

Otros dos detalles que no me parecen despreciables: es una novela corta y sus capítulos son cortos (algunos hasta de una oración). Un libro perfecto inclusive para aquellos que dicen odiar la lectura.

Ideal para adolescentes y para trabajar con la novela en el colegio.

 

Nunca seré un superhéroe (2000)

Nunca me había pasado leer dos obras totalmente opuestas de un mismo autor. Fue muy extraño. Sentí como si estos libros hubieran sido escritos por dos personas diferentes.

Este libro habla de un chico de 13 años al que le gusta una compañera de colegio que lo ignora. Alrededor pasan cosas con los personajes secundarios. Fin.

Cuando leí los cuentos de terror de Elsa Bornemann comenté que no me habían gustado, pero más allá de eso cada uno contaba una historia. En el caso de este libro me parece que se trata de 130 páginas en las que no se cuenta nada interesante.

Algunos de los problemas que veo:

– Uso del lenguaje: el chico de 13 años no narra como chico de 13 años. Hay ciertas palabras que para un narrador omnisciente están bien, pero que para un texto contado en primera persona no son creíbles.

También me sorprendió que hubiera ciertos giros como de castellano neutro en un autor argentino. ¿Qué chico argentino dice “salón de clases” en lugar de “aula”?

– Historia central: las novelas con historias de amor adolescentes caen casi siempre en dos trampas que las hacen ver estúpidas. O son exageradamente complicadas, llenas de obstáculos, peligros y necesitan de pruebas de valentía que ni Bruce Willis llevaría a cabo. O son tan triviales que ni vale la pena mencionarlas.

Esta novela entra en el segundo grupo.

Que a un chico le guste una chica que lo ignora, te lo acepto. Que se usen 130 páginas para contar eso, no.

La historia se ha concentrado excesivamente en lo estúpido que es un varón a los 13 años y ha dejado de lado la acción narrativa.

– Personajes secundarios: hay un montón de puntas abiertas que hubieran sido interesantes para desarrollar en la novela.
El chico siempre cuidó y se hizo cargo de sus dos hermanitos. La madre aboga por los derechos de la mujer frente a sus hijos mientras el padre es un desastre. El mejor amigo le habla sobre la realidad de un compañero que va al colegio golpeado por su padre.

Había buenas historias para desarrollar, varios de estos puntos tenían temas fuertes y comprometidos para introducir en un libro para adolescentes ¿por qué se eligió la historia menos relevante donde no pasa absolutamente nada?.

– Ritmo: se me hizo eterna la lectura. Si bien es un libro corto con capítulos cortos, leer algo donde no pasa nada es como ir a sentarse en la sala de espera del dentista. Parece que nunca se movieran las agujas del reloj.

– Final: todas las historias se cierran en dos páginas del capítulo final. ¿130 páginas para que todas las historias tengan un final abrupto y simplista lleno de elipsis? Da la sensación que el autor se hubiera largado a desarrollar cosas y como tenía que terminar el libro en dos páginas liquidó todo.

Resumiendo: no me gustó para nada. Vengo leyendo varias cosas para chicos últimamente y creo que, más allá de la diferencia de años que me separan con el público al que va dirigido el libro, puedo disfrutar de una historia bien contada sobre la vida de un adolescente.

Como este libro está recomendado para chicos desde los 12 años por el Ministerio de Educación de Córdoba en su canon de lectura, es mi obligación dejarlo ahí. Pero honestamente yo no se lo recomendaría a nadie.

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