Dado que escribí un post sobre Busch Gardens y que en estos días salió una noticia sobre un grupo de chicos cordobeses que quedaron atrapados en una de sus montañas rusas, es que decidí escribir un post tocando especialmente el tema desde dos aspectos.
Los parques temáticos y la seguridad
Nuestra experiencia en los parques temáticos con respecto a la seguridad
Nuestras visitas a los parques Disney e Universal (tanto en Florida como en California), Sea World, Wet’n Wild, Legoland y ahora Busch Gardens han sido siempre impecables y nunca vimos ningún problema con nada relativo a seguridad, llámese un desperfecto técnico, seguridad personal y de nuestros bienes, o de lo que sea. Jamás hemos tenido ningún tipo de inconveniente.
Tampoco hemos sufrido ningún maltrato ni muestra de despreocupación por parte del personal de los parques, más bien todo lo contrario, en todos lados han sido súper amables.
Respecto de acciones del personal de seguridad
Como anécdota personal, y relativo a este tema, puedo contar que lo que sí vimos en este último viaje vimos fue que detuvieron un carro en El Vuelo del Hipogrifo, una de las atracciones de Harry Potter en Islands of Adventure, porque una persona estaba filmando con su celular, algo que está prohibido por seguridad de las demás personas que están en el juego.
Mi opinión después de haber visitado los principales parques de EEUU
Confío en que cualquier empresa estadounidense de este calibre que opera parques por donde pasan millones de personas todo el año, cumple no solo con los requisitos legales y técnicos para operar, y estoy segura que también cuentan con protocolos de actuación para un caso de crisis como este, donde afortunadamente fue solo un susto y nada más.
No dejaría de ir a los parques por este hecho ni recomendaría a alguien que no lo haga por esta situación que, claramente, es excepcional.
Las actitudes humanas frente a las crisis
Otra cuestión, y que tiene que ver tanto con la empresa como con los afectados por el suceso, es cómo se gestiona la situación.
Por un lado, la empresa debería contar con un equipo capacitado para aplicar primeros auxilios psicológicos (más abajo les dejo detalles de esa disciplina) aún si no hubo ningún daño físico. No todo el mundo tiene las mismas herramientas para enfrentarse a una sensación así y brindar contención luego de esa experiencia a quien lo necesite sería lo más adecuado.
Destaco que no a todo el mundo le hace falta, y voy a ejemplificarlo con una historia personal: en 2004 volvía sola a Córdoba en un vuelo desde Lima. Luego de despegar, el avión empezó a volar en círculos sobre la ciudad durante varios minutos, dando a entender que algo pasaba. Obviamente, no faltó quien (un cordobés) se puso histérico y empezó a los gritos a preguntar qué pasaba, lo que hizo que otras personas se pusieran nerviosas, algunas mujeres empezaran a llorar, etc. Una persona que no pudo controlarse generó un contagio en otras más, provocando una situación más tensa de lo que era en un comienzo.
Yo permanecía tranquila y alerta a la situación real del avión (no al sacado), esperando a ver qué pasaba. La única cosa útil que podía hacer por mí en ese momento era conservar la calma y estar atenta a lo que sucedía. El pánico bloquea el cerebro y no permite que uno tome buenas decisiones si una crisis real se presenta.
O dicho de una forma menos sutil: si el avión se reventaba contra el suelo, mi tranquilidad me daba más chances que a ese tipo de hacer algo si lograba sobrevivir al impacto.
El avión volvió y aterrizó sin problemas en el aeropuerto, simplemente había tenido un desperfecto mecánico que el piloto detectó a tiempo. Eso fue todo. A mi me quedó la historia simpática de ese vuelo y al que se puso como loco le habrá quedado un trauma a volar o se lo habrá provocado a alguien más.
¿Qué quiero decir con todo esto? que son muchos los que dicen que una de las cosas más lindas de los viajes es que “te abren la cabeza”, y la verdad es que como discurso es muy bonito y poético, pero no siempre es tan real como se pinta.
Abrir la cabeza también significaría aprender a convivir con situaciones extremas y sacar de ellas un aprendizaje que nos haga mejores personas. Y he viajado lo suficiente como para saber que siempre hay alguien como el personaje que describí en los párrafos anteriores, que con sus actitudes pueden ser más peligrosos que el riesgo potencial en sí mismo.
Sobre los Primeros Auxilios Psicológicos (para la vida y para ayudar a los demás)
Debido a lo que conté más arriba, es que me parece importantísimo que haya gente capacitada para manejar situaciones de crisis y personas en crisis. A las situaciones se les da una respuesta técnica, pero a las personas hay que “desactivarlas” desde lo humano porque pueden afectarse muy gravemente a sí mismas y causar daños a terceros.
Es por eso que hice el curso gratuito y apto para todo público denominado Primeros Auxilios Psicológicos de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centro de Crisis de Barcelona en Coursera, porque es la mejor manera de aprender a resolver situaciones como estas para uno mismo y por si tiene que ayudar a alguien más.
Según su descripción el curso:
“está destinado a entrenar en la aplicación de primeros auxilios psicológicos (PAP) a personas afectadas por situaciones altamente estresantes, abarcando tanto emergencias cotidianas (incidentes críticos estadísticamente frecuentes que afectan de manera muy intensa: un accidente de tráfico, una hospitalización, una agresión o la muerte traumática o repentina de una persona, etc.) como emergencias comunitarias y/o masivas (sucesos infrecuentes, que afectan a muchas personas o a una comunidad entera y que sobrepasan con mucho lo que sucede habitualmente en ella: una catástrofe natural, un accidente ferroviario o aéreo o un atentado).”
Como se deduce de la descripción de esta disciplina, nadie está excento de que le ocurran incidentes “estadísticamente frecuentes”, el asunto es cómo afronta esa situación y desde qué lugar.
En el caso que dio origen a este post, hay una empresa responsable del incidente técnico y de gestionar la crisis que eso causó en las personas que se vieron afectadas. Pero la actitud frente a ese hecho que tuvo cada uno también hizo la diferencia y eso es algo que se puede trabajar.
Es importante que todos aprendamos a evitar una actitud negativa que genere ansiedad y haga que la crisis nos domine hasta perder el control (como el tipo de mi avión); para enfocarnos en los recursos con los que contamos para pilotear la situación lo mejor que se pueda.
Es por eso que les recomiendo a todos que le den una mirada a los temas del curso y que reflexionen cuán importante es estar preparados (y preparar a los hijos que viajan solos) para lo imprevisto, sea en casa, en un parque de diversiones, en un viaje o en cualquier otro sitio.
Puede que como post haya sido largo, pero no quería dejar ningún tema sin tratar 🙂
PD: la foto del post corresponde al Dragon Challenge en la tierra de Harry Potter en Islands of Adventure, Universal Studios, Florida. Al buscar entre mis fotos me di cuenta que no había sacado ninguna de los juegos de Busch Gardens, solo de los animales y las plantas del parque.