Adventencia: si usted es madre amorosa o le gustan los niños, no lea este post.
Si usted es madre amorosa y tiene alma de troll, déjeme de joder, no pienso cambiar de opinión en lo que dije.
Si usted es madre amorosa y quiere convencerme de entrar en su secta, no insista, prefiero a los mormones.
Si usted es madre amorosa y de las que aseguran “¡Vas a ver cuando tengas los tuyos!”, le retruco: Exacto, van a ser LOS MÏOS. Además los voy a soportar por las dudas salgan como Messi o Ginobili. El resto van a seguir siendo niños.
El resto de personas no-madres con discursos similares a los anteriormente descriptos, quedan advertidos de igual manera 😀
Ya sé que hoy es martes, pero ayer estuve con cosas atrasadas y no puede escribir. Pero nunca es tarde cuando la dicha es buena o cuando hay cosas graciosas para contar.
Como había posteado hace unos días de la Expomamá, aproveché para ir a dar una vuelta con Guille y chusmear algunas cosas de niños para escribir en el blog.
Debo aclarar que los niños no me resultan particularmente simpáticos. De hecho los prefiero lejos, o en su defecto, por fotos.
No digo que los deteste, simplemente se me hacen similares a los hamsters: seres vivos que no sé ni como agarrar.
Bueno, la cosa es que andabamos en La Vieja Usina, rodeados de mujeres con panza, maridos haciendo función de padre y hermanitos pequeños correteando por ahí.
La primera señal de alerta debimos verla en la puerta: una simpática promotora nos regaló productos de Tafirol. Cuatro pastillas de paracetamol, un sobre de antigripal y dos muestras de una pomada para grietas en los pezones.
La segunda señal fue aún peor: de golpe nos encajaron un folleto al grito de ¡¡HOLA PAPIS!!
Pongámoslo así: si la bienvenida a la maternidad me la da un señor pelado, cincuentón y que nos saluda de una manera extraña, a medio camino entre Teletubbie que tomó clases de protocolo y etiqueta con Eugenia de Chikoff y oso recién salido del closet, medio que ya me estoy asustando 😀
Igual, había que seguir. todo sea por informar.
Seguimos caminando, y en el stand de Huggies nos dieron pañales y cupones para sorteos.
¡Bien ahí! me gustan los lugares donde me regalan cosas aunque no las use. Venga los pañales, que terminaron donados a Mamá Pulpa.
La gente de Pampers tenía cupones, pero no muestras gratis. Ojalá ardan en el infierno por tacaños 😛
Seguimos dando vueltas y otra promotora nos invitó a unas charlas sobre lactancia materna y sobre sexo en el embarazo y después del parto. Hubo comentarios picarescos delante de la promotora de mi acompañante.
Algunos pasos más adelante estaba el Dr Tacconi, un reconocido pediatra, a quien Guille definió como un “mago de kermesse barrial” por su look de Dr House (pero sin onda, obvio).
Nos fuimos al stand de Sancor a seguir llenando papelitos ¡y esta vez si hubo suerte! Me gané un set de balde, palita y rastrillo junto con 5 cajitas de leche para bebés 1 a 3 años que regalé para la nieta de una persona cercana a mi familia.
Pasamos por un stand de ropa y cuando Guille mangueó un folleto la promotora le dijo “(mode maestra jardinera on) ¿¿Están embarazadooos??” a lo que él contestó: no, ¡pero tenemos blog!
Todavía debe estar procesándolo la chica.
Embalados por el triunfo y con el baldecito en la mano como si fuera la ensaladera de plata, nos anotamos para el sorteo de un cochecito Graco y la habitación del bebé. Yo quiero que esté a 5 km de la mía, cuando me toque.
Nos quedamos un rato más esperando a que hicieran el sorteo de las 5 de la tarde, porque aunque no tengamos un crío nos gusta ganarnos cosas.
No fue buena idea, ahí conocimos lo que era el Show de Topa.
Topa, todo bien con vos, es tu laburo, pero la verdad, ahí entendimos lo del Tafirol en la puerta.
Será que no tenemos niños, será que no convivimos con ellos normalmente, será que no tenemos paciencia… pero me imaginé años y años de mi vida con esa música, teniendo que interactuar con esos padres que fingen estar chochos escuchando como les hablan como a criaturas que no controlan sus esfínteres, con esos vendedores que para hablar y venderles a los adultos cosas de chicos infantilizan su lenguaje… que no sé, me dieron esas ganas, como decirlo? de irme al carajo, lisa y llanamente.
Me sorprende mucho eso de la infantilización de los adultos para venderles. En serio.
Quiero decir, se puede usar un tono afectuoso o amigable, ponéle que tampoco lo creo, pero zafa. Pero el hablarle en tono balbuceante de bebé de dos años a un barbudo de 90 kilos que los domingos se junta con los amigos a comer asado, tomar fernet, jugar al truco y ver un partido por la tele mientras insulta, es verdaderamente ridículo.
Lo mismo que tomar por una madonna (referido a pintura y no a música) a toda mujer con panza que previo al Evatest quizás era una descocada que vivía estilo Sex and the city.
Me refiero a que una mujer que por obra y gracia de una noche/día/tarde/siesta de matraca quedó embarazada, de golpe es una Santa Madre y le hablan en tono de conductora de programa de bricolage de canal de cable. ¿No es verdaderamente estúpido?
Ya me lo dijo alguien la semana pasada: la imagen de la madre/padre perfecta de publicidad de productos para el hogar o la que representan los padres en público no es la real.
Así que papis y mamis, no compren ni vendan esa, es poco creíble.
Pasan mucho más tiempo desbordados y locos por sus hijos, por su marido/esposa (si lo tienen), por plata, por los parientes que joden, por plata de nuevo, por los vecinos que molestan, por el perro o gato que hace lío y por un millón más de posibilidades que los exasperan.
Bueno, todo esto viene colación porque cuando nos fuimos de la expo al Hiper Libertad, mientras estaba en el baño, escuché la verdadera cara de lo que había visto:
una madre salía del baño con su nena de unos 4 años y la llevaba a lavarse las manos.
Yo no podía verlas pero me imaginé que la chiquita no llegaba bien al lavatorio porque se sintió lo siguiente:
(leáse en mode madre calenchu on) “¡A ver, laváte las manos! ¿¡Pero cómo!? ¿¡Te mojaste las mangas Sofía!? (inserte aquí su onomatopeya de chirlo de madre que capaz se hace la comprensiva en público) ¡Pero laváte de una vez haceme el favor!”
Me sentí aliviada al saber que las madres de verdad están todas medias locas y que siguen chirleando por las dudas como en mis épocas.
Y este es el fin de la historia de domingo. ¿Soné muy mala onda con las madres y padres? Quizás sea tema para charlar con mi psicóloga.
Pero yo ya lo voy diciendo desde ahora: a mi no me hacen bailar como turula en el Show de Topa ni cantar mi barba tiene tres pelos con otros padres. Ni loca.