21
Sep 2011

Cosas graciosas que me han pasado en los supermercados

Archived in the category: Personal

No es que me la pase de compras ni que alguna vez haya trabajado en un súper, pero la verdad es que recopilando historias, me han pasado muchas cosas desopilantes en estos lugares.

Voy a dedicarles este post a los que me dicen que les gusta el blog porque sacan info útil y de vez en cuando se ríen con las zonceras que les cuento. También voy a dedicárselo a todos los empleados de súper e hipermercados: cajeras, personal de seguridad, repositores, gente de atención al cliente, administrativos y todos aquellos que trabajan en estos lugares por donde miles de clientes insoportables pasamos día a día. No es que seamos tan malos, es que salir del ecosistema de nuestras casas se ve que en algo nos afecta 😀

  • Stand up en la fila: cierta vez estuvimos casi 40 minutos de fila en Walmart. Adelante nuestro había un señor de unos 65 años que comenzó su actuación con “Está científicamente comprobado que el hombre sólo puede aguantar 20 minutos en una fila. Ni más, ni menos.”
    A partir de ahí cada tanto se daba vuelta y metía una frase por el estilo siendo el único Jerry Seinfield que he visto haciendo las compras.
  • Haciendo foco: mi novio es un chico distraído y la gente de Disco es demasiado estilosa. De esta conjunción sólo puede resultar que cuando él fue a buscar un kilo de papas le metió un flor de cabezazo a la enorme lámpara de aluminio que colgaba a 1.5 metros del suelo sobre el exhibidor de los tubérculos.
  • La pandilla de Don Gato: otra fila del súper y Guille que me dice “Tenés una manchita en la cara”. Muy naturalmente yo me limpio con el dorso de la mano ¡de la misma manera que se lavan los gatos! (sin babearme la mano antes, aclaro. Fue limpieza en seco nomás). ¿Será que teniendo siete gatos ya he adoptado muchos de sus hábitos? Cuando empiece a querer ir a las piedritas me voy a preocupar más.
  • La cosmiatra (no leer si ud es de asquearse fácilmente): si hay una debilidad que tengo, y que muchas mujeres comparten, es la de reventar los granos propios y de mi novio. Cierta vez mientras estabamos en la fila de la caja le veo un granito blanco en la nariz y sin más preámbulos fui con mi dedos a atacarlo cuando Guille me dice “¡Desubidacada! ¡Estamos en el supermercado!”.
    Lo que me costó aguartarme hasta el auto para reventarlo no se pueden imaginar.
  • Los niños molestos: uno de los mejores anticonceptivos es ver niños con sus padres haciendo las compras.
    De hecho podría anotar las cosas que veo cada vez que voy de compras y hacer un post semanal. Pero para no aburrir a los lectores, comentaré algunos de los que más recuerdo:- Mamá atribulada porque sus hijos rompían la paciencia le pide a la cajera que los rete porque a ella no le hacen caso.

    – Padres amorosos (con pinta de primerizos) nos hacen una mirada de ternura cuando su bebé agarra un paquete de golosina de la línea de cajas y comienza a babearlo como si fuera el perro de Pavlov. Se les va la cara de tierna complicidad cuando nuestra cara les devuelve un “¡¡Tu crio agarra algo, lo llena de baba y acabás de dejarlo de nuevo en la góndola!!”.

    – Cruza la línea de cajas un padre con dos chicos de entre 4 y 7 años colgando de él al grito de “¡Santiago, dejáte de joder!”.

    – Escuchado al pasar: la mamá le dice a su hijo de unos 12 años “Decile a tu padre que hacen falta huevos”, a lo que el chico contesta “Y qué quere’ si papá e’ de taiere'”. ¿Hay algo más adorable que los cordobesitos? 😀

    – Debería declararse deporte olímpico las carreras de chicos en los pasillos de los supermercados. Son especialmente estimulantes las que organizan en Disco, debido a la obasesión que tienen las sucursales de esa cadena con el encerado de pisos.

    – Una técnica muy buena ante mocosos insoportables que joden en la fila es mirarlos fijamente cuando actúan como desquiciados, morderse el labio inferior, hacer un revoleo de ojos y hacer una fugaz mirada a sus padres. Es lo suficientemente poderoso para que le digan a la bestezuela que se comporte un poco.

  • Navidad 1: estábamos en la fila y Guille se encuentra con un conocido de una empresa cliente de la suya. Me presenta y el chico me dice “Ah, sin el gorro de mamá noel que tenés en la foto del blog no te reconocí”. Me puse más colorada que el vestido de la foto 😀
  • Navidad 2: el día 24 de diciembre a la siesta fui a hacer las últimas compras al súper.
    Como se imaginan era un típico día caluroso de verano y yo andaba muy de vestidito corto y escote. Se ve que al guardia de Disco le picó el aedes aegypti de la ayuda espontánea porque me siguió hasta el estacionamiento y cuando estaba al lado del auto me dice con un tono seudoseductor: “¿Te cargo la sandía?”. Aguantándome la risa ante semejante pregunta le dije que podía sola y comencé a cargas las cosas mientras el tipo trataba de darme conversación.
    Se me vienen dos cosas a la mente: si pude cargar sola la sandía en el chango ¿Para qué puedo necesitar a alguien para que la suba en el auto?
    Por otro lado, ¿desde cuándo la sandía y le sensualidad van de la mano? Imagínense un piropo tipo “Te invito a comer sandía así escupimos las pepas juntos, mamaza”. No dá. Caballeros, si la sandía no es tema de la poesía universal es por algo.
  • Un GPS por ahí: saliendo del súper una vieja en modo calenchu on le gritaba al empleado de Atención al cliente “¡Pero esto no puede ser! ¡Si acá en el diario dice de la promoción! ¡Mire, mire! ¡Acá está claro!”. El empleado con una actitud zen admirable le dijo: “Señora, ese aviso es de Carrefour y estamos en Disco”.
  • Leído en el Chicken soup de mayores de 60, texto 84 “La señora mayor en el espejo”, por Libby Grandy :
    “(…) Agradezco a que de vez en cuando con mi marido tengamos uno de esos “momentos de viejos” donde nos terminamos riendo juntos.  Hace algunos meses atrás estaba escribendo un cheque en Walmart (habiendo hecho compras también en Kmart y Target). Me tomó un momento recordar en qué negocio estaba, así que jodiendo le digo a mi esposo “¿Dónde estoy?”. Como tiene un ligero problema de audición en un oído miró su reloj y dijo “Son casi las 5”. Nos reímos tan fuerte que tuvimos que sostenernos entre los dos. El empleado parecía un poco nervioso. (…)”
  • Es una camarita para Videomatch: habíamos ido al Walmart de barrio Talleres mi exnovio Diego y yo. Cerca de una hora después de haber entrado al híper estábamos con el chango a la mitad en la góndola de fiambres, cuando partimos cada uno por su lado a buscar cosas. En menos de un minuto volvemos a donde debía estar nuestro chango ¡pero había desaparecido y había quedado otro en su lugar!
    Tratamos de ver si es que alguien lo había tomado por error y lo había dejado por ahí al darse cuenta; rodeamos las góndolas cercanas a ver si veíamos alguien que pudiera tenerlo; nos quedamos junto a jamones y bondiolas un rato a ver si el que se lo llevó se avivaba un poco que nada de lo que había en nuestro (ahora su) chango se parecía ni remotamente a lo que había comprado. ¡Imagínense que en uno había pañales y en el otro preservativos!
    Después de un rato sin novedades, no nos quedó más remedio que hacerle caso a Alejandro Lerner: volver a empezar ¡y hacer toda la compra de nuevo!
  • El desmayo:el mismo día de lo del chango robado, tuvimos casi una hora en la fila para pagar y unos 40 minutos esperando un remis. Con todo ese tiempo sin comer empecé a sentirme un poco mal y le digo a Diego “Andá a buscarme algo para tomar, siento la presión un poco baja”. Decirle algo tan genérico a un físico cuántico implica que deberá despejar la ecuación antes de llevar a cabo la acción. Me acuerdo que me dijo: ¿qué gaseosa querés? ¿chica o de un litro? Creo que con mis últimas fuerzas alcancé a putearlo para que vaya a comprar algo en lugar de preguntarme pelotudeces (lo quiero ¡pero me desespera!). Cabe acotar que así como se toma su tiempo como para preguntar, también se toma su tiempo para caminar. Tiempo que yo no pude aguantar, asi correspondí a desparramarme sin mi coca y sin su presencia, obviamente.Acá hay varias cuestiones a destacar:

    – Las emergencias en lugares así hacen que aparezca una heroína popular nunca reconocida: la supervieja de barrio.
    Clark Kent todavía no se habría sacado los lentes para empezar a convertirse en Superman cuando la vieja de barrio ya había despejado a los curiosos que me rodeaban, me hacía aire, daba indicaciones de paramédico y me enchufaba una botella de Coca que tenía a mano. Porque los novios inútiles pueden tardar siglos en ir al kiosco, pero las las viejas de barrio tienen más recursos que Mandrake y Harry Potter juntos. Eso incluye tener una Coca para la desmayada que la pidió en sus últimos suspiros. ¡Dios bendiga a estas mujeres!

    – Por otro lado, hay que destacar que la cercanía a la muerte (bueh, no fue para tanto) hace que la baba ajena en una botella de Coca enchufada de prepo por una desconocida en un hipermercado no sea motivo de reparos como sería en cualquier otra circunstancia que no me tuviera desparramada en la vereda y con gente a mi alrededor.

    – Como no fue un desmayo literalmente sino una baja de presión, era plenamente conciente de lo que escuchaba pero no podía hablar, ni abrir los ojos, ni controlar mis movimientos. Por eso era gracioso escuchar los comentarios de mi auxiliadora en su cordobés más puro dando indicaciones a la vez que informaba a los curiosos, guardias y gente del hiper qué me había pasado.
    Me acuerdo cuando dijo: “Ella le pidió al novio que le busque una gaseosa porque se sentía mal y el chico se fue y después se le bajo la presión y ahí la agarré yo”. ¡Ohhh, que tierna! La señora tenía más conciencia de la urgencia que mi novio y estaba atenta a mi conversación. Eso es parte de los superpoderes de doña de barrio. A veces lo usan para chusmear y otras para atención primaria en emergencias.

    Finalmente, los empleados de Walmart trajeron una silla de ruedas, me subieron, me llevaron a una salita con camilla que tienen adentro (¿será que todos los días tienen episodios así?) y llamaron al servicio de emergencias. Me atendieron muy bien y esperaron hasta que me sintiera un poco mejor así me pedían un taxi y me volvía a mi departamento.
    Con los precios de hoy en día creo que es negocio ir a desmayarse ahí de vez en cuando para obtener una revisación médica gratis 😀

    Seguramente ustedes tendrán muchas historias del súper también, así que no sean tímidos y cuéntenlas para que todos nos riamos un poco 🙂

11 comments for “Cosas graciosas que me han pasado en los supermercados”

1
Ariel

Si se me permite, voy a agregar alguna situación similar que me ocurrió en un supermercado (tengo varias, pero por cuestiones de espacio … se entiende).
Cierto día, tuve que ir al supermercado a buscar algunas cosas. Destino final: DISCO 28 (el que está después de la rotonda de las Américas). Era verano, cerca de las 6 de la tarde … todo el mundo andaba liviano de ropas, y algunas damas, ‘demasiado’ livianas … En un momento, salgo del pasillo de aceites, hacia el fondo del supermercado, y miro hacia mi izquierda, hacia el sector de verdulería. Allí, pude ver como un empleado de DISCO, muy tranquilamente, estaba de brazos cruzados mirando hacia la línea de cajas … a medida que Yo me acercaba al empleado, me fui dando cuenta de algunas cosas: 1- ya no era el empleado de DISCO solamente, sinó que se sumaban congéneres del mismo sexo … 2- el empleado era down 3- .. cuanto mas me acercaba, empezaba a notar una cierta cara de babosos …
cuando llegué al sector verdulería, entendí el motivo … en uno de los ‘corralitos’ esos de alambre, había gran cantidad de la ‘erótica’ sandía (de la que hablaba Dayana), solo que en uno de los lados de ese ‘corralito’, había una dama que había introducido todo su torso dentro del corralito para buscar una de esas frutas, sin darse cuenta que su cortita mini, se había desplazado hacia arriba, dejando a la vista de todos unas bellas nalgas … su dueña se percató del hecho, cuando el empleado de DISCO, y luego de disfrutar del paisaje, comenzó a aplaudir … tras lo cuál, se armó el desparramo …. todos los hombres que mirábamos, salimos disparados para todos lados con tal de disimular … la dama, se irguió, miró al empleado, tomó su chango y siguió comprando como si no hubiera sucedido nada … yo miré al empleado de DISCO .. me miró … y me dijo: ‘taba linda no?’ …. me quedé pensando: regla mnemotécnica: ‘el que sea DOWN, no implica que no sepa lo que es un buen c…’

September 21st, 2011 at 22:58
2
glenda carranza

soy muy capa!!!!

September 21st, 2011 at 23:50
3

Ariel,
jajajajajajajajajajaja, me morí con tu historia ¡Buenísima! Lo he visto al chico ese las veces que fui. Es más, un día caí a comprar y estaba con la cara larga porque había tenido una pelea fea en mi casa, El me miró y me dijo “Sos linda, flaca”. Me sacó una sonrisa y me hizo sentir mejor por un rato. Ese chico la tiene clarísima.
Disco tiene varios chicos down trabando con ellos (y todos muy serviciales y amables, aunque te miren el culo, jajajaja), una excelente iniciativa que ojalá se viera en todos los super e hipermercados.
Por cierto, sentite libre de contar el resto de las historias que si son tan buenas como esta me vas a hacer reir de lo lindo.

September 22nd, 2011 at 0:04
4
Silvina

En el Disco de la Ruta 9 (ahora convertido en Vea) había un empleado que no era Down pero algún problemita tenía. Cuando se ponía a hablar de política siempre era para recordar a Menem (era su ídolo).

September 22nd, 2011 at 8:28
5

Me quedó una duda, Day, ¿cuál es la linda iniciativa digna de imitar? ¿que empleen chicos Down, o que los empleados le miren el culo a las clientes? 😀 Un beso, Gracielaleo (que aunque no lo creas, pese a los años, de vez en cuando liga algunas miraditas también, sobre todo con las minis)

September 22nd, 2011 at 11:43
6

Silvina,
Tiene sus seguidores todavía.
Graciela,
Si estás de mini tené cuidado con las sandías!

September 22nd, 2011 at 14:17
7
Ariel

por favor, Gra, Dayana, pasen horarios y rutas de ustedes … quien les dice … en una de esas pueden alegrarme el día …

September 28th, 2011 at 13:17
8
Ariel

aparte …. porqué le decís a Gra que tenga cuidado con la sandía ??? …. ¿Y si le gusta? …. jajaja Lo que no entendí fué el mensaje de Glenda Carranza …. ¿?

September 28th, 2011 at 14:24
9

Ariel,
Como en cualquier encuentro erótico, aún en los de sandía, hay que cuidarse.

September 28th, 2011 at 15:44
10
rafaretro77

hola dayana ESTA MUY BUENOOOOOO!!

September 17th, 2015 at 14:45
11

Me alegro que te hayas entretenido un rato!

September 17th, 2015 at 19:11

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