Se concursa en 1925 resultando ganadores los arquitectos Jose Hortal y Salvador Godoy, y la construcción finaliza en 1936.
Tipológicamente constituye un ejemplo de neoclasicismo ortodoxo, que encuadra dentro de las normas prescriptas para la arquitectura en el siglo XIX, a pesar de su tardía realización.
Simétrico. los cuatro ingresos dispuestos en los ejes de la composición y los tres patios ordenando las oficinas, ubicadas a lo largo de circulaciones centrales lo corroboran.
En el eje principal definido por dos de los pórticos se ubica el “salón de los pasos perdidos”, el espacio más significativo del edificio, de doble altura, cubierto con una bóveda de caíion comdo, en realidad un cielonasa, que está planteado a la manera de las basilicas romanas, sede de la administración de
justicia, en una clara alusión a ella. La galería que lo rodea se abre a los patios menores permitiendo la iluminación de este gran ámbito tratado en mármol y revoque blanco. Las monumentales columnas corintias del salón, así como las jónicas del pórtico principal y la sucesión de pilastra dóncas adosadas a los muros de fachada, la “composición” de la envolvente en general, muestran el academicismo clasicista de la época.
Parece interesante seiialar que los mismos arquitectos presentaron al concurso otro proyecto, también premiado, con el mismo planteo tipológico-funcional, pero resuelto en el lenguaje neo plateresco, del movimiento “restauración nacionalista“. que muestra el eclecticismo del momento.
Extraído de 1573-2000 Arquitectura de Córdoba, de Adriana Trecco.