Desde abril estoy cursando la Diplomatura en Social Media y Comunicaciones Digitales en la Universidad Siglo 21 (tiene su fanpage, obviamente) para afianzar algunos de los conocimientos que he ido adquiriendo de manera autodidacta en todos estos años de bloguear.
En la clase Buenas Prácticas del Community Manager a cargo de Adriana Bustamante (@adrybustamante) surgió el espinoso tema de quienes utilizan cuentas falsas o paralelas y recordé muuuchos casos que se hicieron públicos en diferentes plataformas, por lo que me pareció útil traerlos a colación para mostrarles que el viejo dicho “Las mentiras tienen patas cortas” sigue vigente hoy más que nunca.
1 – Los falsos suscriptores de Feedburner.
Si bien hoy se habla de la cantidad de followers/fans cuando alguien quiere hacer notar su popularidad en Twitter o Facebook, en pleno auge de los blogs el número que se usaba era el de mostrar en la parte superior de la barra lateral el widget de Feedburner donde aparecen la cantidad de suscriptores (vía mail y vía RSS).
En el caso que linkee más arriba un blogger no tuvo mejor idea que manipular las búsquedas para, engañando a los usuarios que llegaban a su blog, lograr que cientos de personas se suscriban sin saber lo que estaban realmente haciendo.
El caso fue denunciado publicamente por otro bloguero y todo el truco quedó expuesto.
2- Las reproducciones y comentarios truchos en SoundCloud. (En inglés)
Uno de los sitios de música más populares de EEUU es SoundCloud. Esta plataforma le ofrece la posibilidad a los artistas emergentes (o no tanto) de subir su material para darlo a conocer, forjar su público y eventualmente venderlo.
Siguiendo esta lógica de buscar visibilidad y legitimidad a cualquier precio, un manager de bandas no tuvo ningún problema en comprar perfiles falsos para inflar las reproducciones de su música buscando popularidad inmediata por dos mangos.
Todo el caso salió a la luz por una denuncia de una revista on line especializada en música.
No se pierdan el seguimiento completo que hace el artículo, es genial.
3- El grupo comando anónimo contra los comentaristas de GoodReads.
GoodReads es un red social de reseñas de libros popular en EEUU, especialmente.
Se dice por ahí que poca gente tiene tanto ego como los artistas, pero al parecer dentro de este colectivo los que se llevan las palmas son los escritores y la furia que les provoca leer las críticas crueles que los usuarios escribían.
Contra toda lógica de lo que uno podría esperar de un sitio compuesto por amantes de los libros, de las tinieblas del mismo surgió un grupo autodenominado Stop de GR Bullies que se puso como objetivo acosar y escrachar comentaristas de libros para vengar a los escritores “agraviados” aduciendo que querían evitar el bullying librero.
La cosa se desmadró de tal forma que algunos de estos vengadores llegaron a publicar datos personales, fotografías y hasta hicieron llamadas telefónicas intimidantes a miembros de GoodReads.
Todo esto terminó en una batahola descomunal entre la comunidad de GoodReads, los blogueros especializados en libros y los justicieros.
Finalmente, apareció un sitio que escracha a los escrachadores explicando quién es quién.
No encontré info sobre procesos judiciales, pero dados los casos de amenazas a usuarios y que muchas de ellas fueron hechas en sus entornos familiares, seguramente los ha habido.
¿Cuál es la moraleja de este caso? Que si no te bancás las críticas acosar mediante un perfil falso no te va a servir de nada y, para peor, vas a terminar aún más rápido con tu carrera de escritor.
4- Los followers falsos en Twitter.
Este caso pasó hace poco y acá nomás, en Jesús María.
Notas sobre famosos que compran mil followers por U$S 5 hay miles en la web, busquen y en todos los países van a encontrar ejemplos. Pero no porque sea común es algo que deba hacerse, más cuando se trata de un “community manager” (y mis comillas son sarcásticas cuando me refiero al protagonista de este caso) que trabaja con el nombre de un tercero.
Una cosa es ser troll y otra es tomártelo como algo personal creyendo que si amenazás o intimidás a alguien en un blog nunca va a saber quién sos porque dejás comentarios anónimos.
Que tenga cara de boluda no quiere decir que ejerza, es solo para despistar 😀
10 razones por las que no hay que repetir ninguno de estos malos ejemplos.
1- Porque tarde o temprano te pueden (o te van) a descubrir.
Hay una máxima que todo aquel que desee dedicarse a medios digitales tiene que conocer: NADIE ES ANONIMO EN INTERNET. Puede ser más o menos difícil hacerlo, pero siempre que uses una computadora dejás rastros, habrá gente que te conoce o bien vas a tener que sobrevivir a tu propio archivo y/o al de terceros.
2- Porque ponés tu reputación en juego.
Si deseas hacer una carrera como Community manager tu buen nombre se va a construir en base al buen laburo que hagas y cuando mientas o engañes “al aire” va a quedar plasmado en las miles de impresiones que ese mensaje genere.
Como decía un profesor en mi época de estudiante de diseño gráfico (hablando de avisos en diarios de papel, pero se aplica): ustedes no comenten un error, cometen tantos como copias haya disponibles.
3- Porque tus colegas/competidores van a usarlo a su favor.
El mundo es un lugar donde siempre hay hacheros esperando un árbol caído. Los mercados sean chicos o grandes, se trate de grandes marcas o de un freelancer, siempre habrá alguien que puede beneficiarse de tus debilidades.
4- Porque no tenés que ser cortoplacista.
Hacer trampa hoy puede darte resultados inmediatos, pero no es sustentable hacerlo siempre porque a la larga si lo que vendés/representás tiene falencias la gente lo va a notar y no se va a dar la recompra o la confianza en la imagen de quien estás representando.
5- Porque se puede volver un modo de hacer las cosas.
Si hoy hiciste X y no pasó nada, quizás mañana te animes a hacer XY y tampoco suceda nada… pero podés terminar en un modo XYZ porque has ido corriendo la línea tantas veces que te parece que puede funcionar sin problemas ir contra lo que internamente sabés que está bien.
Decir “pero lo que hago no es ilegal ni grave” es simplemente justificarte en voz alta ante otros para autoconvencerte de lo que estás diciendo. Y la gente se da cuenta.
6- Porque que vos no tengas conflictos éticos con ciertas prácticas no significa que otros lo vean igual.
Supongamos que ya cruzaste la línea ética hace rato y que no te importa nada… ¿me creerías si te digo que somos muchos a los que nos enerva que nos mientan, nos engañen, nos manipulen y nos traten de zonzos (por no decir otra cosa)?
7- Porque la trampa es el atajo al laburo genuino y a los aprendizajes que conlleva.
Si hacés trampa buscando el resultado inmediato te estás salteando la etapa de aprendizaje con el proceso de prueba-error incluido que es lo que a la larga van a enseñarte las cosas más importantes y aquellas que te transformarán en un referente para los que vienen detrás.
8- Porque aunque algunos lo hagan no significa que sea una buena idea.
Todos de niños escuchamos la frase “¿Si tu amigo se tira a un pozo vos también lo vas a hacer?”. Bueno, esto es lo mismo. Que haya gente inmolándose por un beneficio inmediato y haga alarde de sus “logros” en nuestras narices no significa que la bonanza le dure ni que nuestra paciencia y trabajo constante a la larga no rinda sus frutos con creces.
9- Porque mostrar tus aciertos y errores honestamente va a permitirte estar orgulloso de tu trabajo y con la frente alta siempre.
Gabriela Acher en su libro Algo sobre mi madre (todo sería demasiado) cuenta algo genial:
Cuando quería hacerme confesar algo, me decía con tono dramático: “A veces Dios me pregunta ¿En qué anda tu hija?… Y yo no sé qué decirle…”
Y en tu caso, ¿Cuál sería la respuesta? ¿Podrías contarle tus verdaderas prácticas de CM a mamá? 😀
10- Porque menospreciás a tu comunidad real.
En los casos de SoundCloud o Twitter que cité más arriba, además de los seguidores truchos había cientos que eran reales, que habían elegido suscribirse a esas cuentas por el material que ofrecían y que querían tener un contacto permanenente con ellas. ¿Cómo se sienten esos usuarios cuando sólo son vistos como el último orejón del tarro? Así sea chiquita y silenciosa, a la comunidad hay que cuidarla y respetarla. Si no se lo hace con pocas personas ¿cómo alguien me va a jurar que lo va a hacer con miles?
Para ilustrar esto me gustaría rescatar algunos de los 95 puntos del Cluetrain Manifesto que el prof. Carlos Mazalán (@cmazalan) nombró en la primera clase:
4- Ya sea transmitiendo información, opiniones, perspectivas, argumentos en contra o notas humorosas, la voz humana es abierta, natural, sincera.
12- No hay secretos. El mercado en red sabe más que las empresas acerca de sus propios productos. Y ya sea que las noticias sean buenas o malas, se las comunican a todo el mundo.
62- Los mercados no quieren conversar con charlatanes y vendedores ambulantes. Quieren participar en las conversaciones tras la pared de protección corporativa (firewall).
77- ¿Estas tan ocupado “haciendo negocios” que no puedes contestar nuestro correo electrónico? Por Dios, vaya, volveremos mas tarde. Tal vés.
83- Queremos que trates a 50 millones de nosotros tan seriamente como tratas a un reportero del diario financiero.
87- Nos gustaría que entendieras lo que está pasando aquí. Eso estaría muy bien. Pero sería un error pensar que vamos a esperar con los brazos cruzados.
95- Estamos despertando y conectándonos. Estamos observando. Pero no estamos esperando.