Desde hace unos días tenía en mente escribir sobre mi experiencia con la terapia, tanto para animar a aquellos que les gustaría pero que no saben “si es para ellos” como para desmitificar algunas cosas que giran en torno a las sesiones con el psicólogo.
Como breve introducción les cuento que empecé hace varios años atrás yendo a una terapeuta de la universidad por algunos meses. Al año siguiente retomé las sesiones de manera particular con mi actual psicóloga por unos 3 años, después de los cuáles me dió el alta. Este año decidí que quería volver a hacerlo y ha sido una etapa muy intensa y productiva.
Pero antes, empecemos con 4 cosas que no va a hacer tu psicólogo:
1- El psicólogo no te conoce y no tiene preconceptos sobre vos y tu entorno: tus amigos y familiares, por buenas intenciones que tengan, van a ayudarte con sus prejuicios y sentimientos bajo el brazo. Así si tenés un problema con tu pareja y le consultás a una amigo qué hacer, éste seguramente te responderá poniendo mucho de lo que él siente por ambos en juego. No digo que esto sea ni malo ni bueno, sólo que no es objetivo.
2- El psicólogo no va a decirte lo que querés escuchar: este es uno de los problemas típicos de los amigos. Si tu ex te dejó por otra va a venir tu mejor amiga a decirte que es un hijo de puta. Probablemente el psicólogo te haga analizar las causas, el estado de la relación, la proyección a futuro que tenía, los esfuerzos de uno y otro para sacarla adelante, el compromiso de cada uno y mil cosas más que quizás te hagan ver que las señales de alerta ya estaban hace mucho tiempo y vos no las quisiste ver.
3- El psicólogo no va a resolver tus problemas: el psicólogo va a escucharte y a repreguntarte sobre ciertas situaciones para guiarte a través del camino de tus sentimientos y pensamientos sobre el mundo que te rodea. Además de eso, te va a ir dando herramientas hechas a tu medida para que poco a poco puedas ir resolviendo tus problemas solo.
4- El psicólogo no actúa como un juez: no va a decirte qué está bien o mal ni va a imponerte o pretender incluirte en determinados parámetros morales. Seas el “loquito” que seas, el psicólogo ve en vos una persona que sufre y que busca un bienestar.
Así mismo el psicólogo no es un ente que todo lo ve y que va a decirte que los demás están enfermos y vos el que salió indemne de todo eso. Así como no va a juzgarte a vos, tampoco podés buscarlo como juez de tu entorno.
5- El psicólogo no te va a hacer acostar en un diván: este es uno de los mitos que han creado las películas. Según el tipo de terapia, podés estar sentado normalmente o acostado en un diván. Así que si no te hace acostar no pienses que tu psico hace un tratamiento anormal.
Ahora sí, las 10 razones para iniciar sesiones de terapia con un psicólogo:
1- Porque buscás un cambio: suena a slogan político pero es una manera de explicar lo que a muchos les pasa. Saben que hay cosas que no son como quisieran pero no tiene idea exactamente cuales son. La terapia podría ayudarte a ir encontrando tanto lo superficial como lo profundo.
2- Porque buscás alguien que vea tus problemas “desde afuera”: y esto remite a la objetividad profesional.
3- Porque da respuestas sobre una base científica: que un amigo café de por medio te aconseje según su experiencia, está a años luz del análisis que puede brindarte un profesional.
4- Porque lo que cuentes va a estar resguardado por el secreto profesional: lo que digas y sientas va a estar bajo una absoluta reserva, algo que todos sabemos no pasa con las amistades ni mucho menos con la familia.
5- Porque el psicólogo no te ve como un “loco”: el terapeuta sabe que tiene frente a sus ojos a un ser humano con miedos, conflictos, debilidades y sentimientos. Y es junto a esa persona con la trabaja para resolver, poco a poco, todas esas situaciones.
Todos escuchamos alguna vez, casi a modo de insulto, que alguien dijera “andá a un psicólogo que te arregle!”. Lo curioso es que en muchos casos después que el psicólogo dejó a alguien “arreglado” no falta el que dice “ese psicólogo te dejó peor que antes!”, cuando en realidad lo que se pone de manifiesto es que son las personas del entorno las que también necesitan terapia.
6- Porque está preparado para trabajar con personas: así como dije arriba que el psicólogo trabaja de una manera científica, también sabe que trata con personas que pueden estar en un momento vulnerable de sus vidas y debe ser cuidadoso en el trato con ellas. En las situaciones de enojo, ansiedad, temor, etc el profesional debe ser capaz de poder contener y traquilizar a su paciente para que pueda objetivar su situación y así poder tomar decisiones.
7- Porque sentís que nadie te comprende: si bien el amor de tu familia, amigos o pareja puede ser fuerte, no siempre pueden estar en condiciones de lograr “ponerse en tus zapatos”. Hay gente a la que la empatía simplemente no le sale.
8- Porque tu vida es más importante que el “qué dirán”: a esta altura del siglo XXI muchas personas sienten que el hacer terapia puede ser mal visto o que podría indicarle a los demás que “no es normal”. Sin embargo, muchas de las personas que podrían cuestionar o comentar por lo bajo sobre alguien que hace terapia, no tienen problemas en decir que recurren a brujas, tarotistas, chamanes, pais, “maestros” y demás chantas de lo espiritual y/o astrológico que están más preocupados en sacarle plata y hacerle falsas promesas a la gente que en lograr que estas personas resuelvan sus verdaderos problemas.
9- Porque es un espacio personal y único: cada sesión el profesional tiene toda la atención puesta en vos y en lo que te pasa.
10- Porque también puede ser divertido: las sesiones no tienen que ser solemnes. ni graves, ni deben utilizarse para expresar sólo dolor.
En mis sesiones semanales siempre puedo hacer gala de mis comentarios más ácidos sabiendo que mi psicóloga se va a reir entendiendo que lo hago aprovechando el contexto de la libertad de la sesión.
Para finalizar, estos 5 consejos para prepararte para tu primera sesión de terapia:
1- Relajáte. Nada de lo que digas o hayas hecho el psicólogo no lo ha visto o al menos leído en un libro.
2- No ocultes cosas por vergüenza.
3- Permanecé sólo con el profesional que te haga sentir cómodo. En este sentido, y para hacer un paralelismo un poco más cotidiano, el psicólogo es como el peluquero. Solo ponés tu cabeza del lado de afuera en las manos de alguien en quien puedas sentirte relajado, confiado, cómodo y con quien puedas establecer una comunicación fluída para que tu cabello quede espléndido. Bien, lo mismo tenés que buscar para el “lado de adentro” de tu cabeza.
4- Poder expresarte con claridad ayuda mucho. No sé cómo hacen los psicólogos para entender a los floggers 😛
5- Disfrutálo. Como dije antes, es un espacio tuyo. Ya sea que quieras reirte, llorar, recordar cosas dolorosas, etc; es un momento para vos y tenés el derecho a disfrutarlo al máximo.
Para seguir leyendo: 5 consejos para elegir un psicólogo.
Por último, les dejo este link que también habla de las razones para hacer terapia.