Encontré esta fantástica nota en el diario digital ON 24 y no pude evitar traerla al blog esperando leer los comentarios de hombres y mujeres al respecto.
La historia comienza así: Una mujer escribió pidiendo consejos sobre cómo conseguir un marido rico. Eso, de por si, ya es gracioso, pero lo mejor de la historia es que un tipo le dio una respuesta bien fundamentada.
Ella:
´Soy una chica hermosa (yo diría que muy hermosa) de 25 años, bien formada y tengo clase. Estoy queriéndome casar con alguien que gane como mínimo medio millón de dólares al año.
¿Tienen en este portal algún hombre que gane 500.000 dólares o más?. Quizás las esposas de los que ganen eso me puedan dar algunos consejos. Estuve de novia con hombres que ganan de 200 a 250 mil, pero no puedo pasar de eso, y 250 mil no me van a hacer vivir en el Central Park West (New York).
Conozco a una mujer, de mi clase de yoga, que se casó con un banquero y vive en Tribeca, y ella no es tan bonita como yo, ni es inteligente. Entonces, ¿qué es lo que ella hizo y yo no hice? ¿Cómo puedo llegar al nivel de ella?´
Rafaela S.El:
Leí su consulta con gran interés, pensé cuidadosamente en su caso e hice un análisis de la situación. Primeramente, no estoy haciéndole perder tiempo, pues gano más de 500 mil por año.
Aclarado esto, considero los hechos de la siguiente forma: Lo que Ud. ofrece, visto desde la perspectiva de un hombre como el que Ud busca, es simplemente un pésimo negocio.
He aquí los por qué:
Dejando los rodeos de lado, lo que Ud propone es un simple negocio:
Ud. pone la belleza física y yo pongo el dinero. Propuesta clara, sin recovecos. Sin embargo existe un problema: Con seguridad, su belleza va a decaer, y un día va a terminar, y lo más probable es que mi dinero continúe creciendo. Así, en términos económicos, Ud. es un activo que sufre depreciación y yo soy un activo que rinde dividendos. Ud. no sólo sufre depreciación, sino que, como ésta es progresiva, ¡aumenta siempre! Aclarando más, Ud. tiene hoy 25 años y va a continuar siendo linda durante los próximos 5 a 10 años; pero siempre un poco menos cada año, y de repente, si se compara con una foto de hoy, verá que ya estará envejecida. Esto quiere decir, que Ud está hoy en ´alza´, en la época ideal de ser vendida, no de ser comprada.
Usando el lenguaje de Wall Street, quien la tiene hoy la debe de tener en ´trading position´ (posición para comercializar), y no en ´buy and hold´ (compre y retenga), que es para lo que Ud. se ofrece… Por lo tanto, todavía en términos comerciales, el casamiento (que es un ´buy and hold´) con Ud. no es un buen negocio a mediano o largo plazo, pero alquilarla puede ser en términos comerciales un negocio razonable que podemos meditar y discutir usted y yo.
Yo pienso que mediante certificación de, cuán ´bien formada, con clase y maravillosamente linda´ es, yo, probable futuro locatario de esa ´máquina´, quiero lo que es de práctica habitual: Hacer una prueba, o sea un ´test drive…´ para concretar la operación.
En resumidas cuentas: como comprarla es un mal negocio, por su devaluación creciente, le propongo alquilarla por el tiempo en que el material esté en buen uso.
Esperando noticias suyas, me despido cordialmente.Un millonario
En mi humilde opinión como mujer, encuentro muy sabias y ciertas las palabras del millonario, aunque su ironía es tal que hasta roza la crueldad (merecida, me parece).
Creo que muchas mujeres compran el discurso de la belleza/juventud como el pasaporte a la felicidad eterna, la solución a sus problemas y una tranquilidad económica a futuro gracias a la posibilidad de conseguir un marido rico. Y la triste realidad es que la hermosura es una moneda de cambio efímera que no resiste, por si misma, el paso del tiempo.
A las mujeres que la vida las premió con su belleza y sólo han sabido vivir de ella, deben ser conscientes que a cierta edad ya no les quedará nada que ofrecer o bien se ubicarán en la sección de ofertas, compitiendo lastimosamente (o patéticamente, en el peor de los casos) con mujeres más jóvenes.
Por otra parte, creo que si bien Rafaela ha definido muy bien sus necesidades, no ha entendido las de sus potenciales “consumidores”: ¿Por qué un millonario se casaría con una mujer “solo linda” cuando puede hacerlo con alguna que tenga toda una paleta de beneficios a largo plazo que le sirvan tanto en el plano social como en el íntimo?
Y vuelvo a traer las palabras de Isaac Asimov que publiqué en el post “A mi no me venís con esa pelotudez de casarnos”:
Respecto al matrimonio, ¿dónde queda el hombre? Mi propio sentimiento es que la liberación de la mujer también libera al hombre.
En los viejos días, la rutina era que la mujer no tuviera ninguna instrucción (¿para que querían una educación formal?). (…) Normalmente, en una mujer la tontería es considerada “encantadora”. Y, por supuesto, si una mujer — por prudencia— nunca utiliza su cerebro, finalmente pierde la posibilidad de ponerlo en acción.
(…)
Estas cosas significaron que se suponía que un hombre viviera con una mujer estúpida. El deseo por el sexo se diluye rápidamente cuando se vuelve una actividad consuetudinaria, y una compañía tonta no es ningún placer. Entonces, y no a largo plazo, marido y mujer se cansaban uno del otro y vivían vidas de lo que Thoreau llamó “desesperación silenciosa”, o se divorciaban.Hoy en día la mujer recibe instrucción, y el hombre puede esperar que su esposa sea tan inteligente como él y, en algunos aspectos, todavía más inteligente.
Si puede desprenderse de la reverencia tradicional hacia la tontería femenina, tendrá una mejor compañía y la apreciará durante más tiempo (la compatibilidad mental dura más que la física y, a la larga, es más grata).
Si esta chica hubiera leído a Asimov o si se hubiera detenido a pensar por un momento que un contrato nupcial implica mucho más que dormir cada noche junto a una cara bonita, quizás entendería por qué no puede acceder a hombres de más de 250 mil dólares. Y por qué ningún hombre inteligente buscaría a alguien como ella para casarse.
En lo que a mi respecta, yo me conformo con uno que gane 50 mil dólares al año. En mi CV de aspirante a marido millonario puedo poner que no como mucho, no gasto mucho, no seré la gran cosa pero si me pinto un poco y me plancho el pelo mejoro bastante, y tengo blog (que no sé si suma, pero al menos dá para pensar que puedo hablar de muchas cosas). Por el momento tengo novio, pero si alguien me mejora la oferta lo podemos charlar 😀 Cualquier cosa me mandan un mail o un DM por Twitter a @dayanacba
Pobres abstenerse (para eso me quedo con el que tengo, jajajaj).
Y a propósito de este tema, creo que la canción de Alejandro Lerner La Belleza es muy ilustrativa sobre este tema. Esta versión es de Mauro Vacchiano, que no se quién es pero tiene una voz hermosa.